Cientos de miles de personas se han quedado sin tarjeta sanitaria en España. ROBERT BONE
A. Gómez y G.García // Alpha Pam vivió un periplo marcado por la desatención médica en Mallorca. Se le denegaron las pruebas diagnósticas y también la visita de un especialista por su condición de migrante sin tarjeta sanitaria. Ocho días después de la tercera visita al hospital, murió de tuberculosis en su casa.
Daniel Stefan sufrió un accidente laboral cuando trabajaba sin contrato en el sector de la construcción, en Cataluña. Ahora necesita tratamiento continuado, pero hasta que Rumania no certifique que no tiene ningún tipo de cobertura sanitaria en su país de origen, sólo tiene acceso a urgencias. Hace tres meses que solicitó el certificado.
Cuando tenía ocho meses, la pequeña Rubie tuvo mucha fiebre. Su padre y su madre, de nacionalidad británica y vecinas de Calp, en Valencia, la llevaron a urgencias, pero allí no la querían atender si no pagaban 132 euros por anticipado porque la niña disponía de una tarjeta SIP provisional. Este trámite alargó una hora y media la espera en el hospital.
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