La muerte de Nelson Mandela deja a un mundo escaso en referentes húerfano de una de las grandes figuras de la historia. El preso de conciencia que se convirtió en un hombre libre, en presidente y en voz por la reconciliación. El héroe que no llegó a ser mártir, porque no fue asesinado. Vivió para contarlo. Vivió para cambiar el mundo.
Seguir leyendo: publico.es