lunes, 31 de agosto de 2015

(Vídeo) “La izquierda olvidó ser anticapitalista”: David Harvey

Fuente: marxismocritico.com


Geógrafo y antropólogo británico, el profesor David Harvey es fundador y codirector del Centro Nacional de Estrategias para el Derecho al Territorio (Cenedet), junto al mexicano Miguel Robles- Durán. No cobra un centavo por cumplir con esta función en esta unidad que funciona como parte del Decanato General de Investigación del Instituto de Altos Estudios Nacionales del Ecuador (IAEN).

En una entrevista concedida en septiembre del 2014 a la Agencia Publica de Noticias del Ecuador (ANDES), David Harvey reconoció que el Ecuador ha mostrado un descenso en los índices de inequidad, y dijo que durante el gobierno de Rafael Correa “se está intentando redistribuir las riquezas”. Sin embargo, Harvey ahora se cuestiona: “¿Qué hace un partido político de izquierda cuando tiene el poder político? Típicamente, busca cierta redistribución de la riqueza, pero nunca interfiere en la base estructural de la riqueza”.

En su libro 17 contradicciones y el fin del capitalismo, clasifica a estas contradicciones entre fundamentales, cambiantes y peligrosas. Esta reflexión de cómo ejercer el anticapitalismo consecuentemente tiene que ver con su permanente interés por las condiciones dinámicas de los fenómenos sociales. Otro de sus temas recurrentes de investigación es la relación entre el capital y la política, las dinámicas de los movimientos sociales urbanos y la democracia. La idea de construir una ciudad para vivir, más humana y menos dedicada al consumo es parte de su discurso de ciudad universal.

Harvey es profesor de Antropología y Geografía en el Centro de Graduados de la City University de Nueva York (CUNY) y Profesor Invitado de la Universidad de Oxford y la London School of Economics.

François Dubet: "No sólo somos víctimas de desigualdades, somos también sus autores"

El sociólogo francés postula en su libro ¿Por qué preferimos la desigualdad? que el debilitamiento de los lazos de solidaridad erosiona la integración social tanto como los procesos económicos globales

Por   | LA NACION

 
Foto: Matthieu Riegler / CC-BY. 
Lejos de ser una fatalidad, o sólo un producto de decisiones de los poderes económicos globales, la desigualdad puede estar también alimentada por pequeñas decisiones cotidianas, desde la escuela que elegimos para nuestros hijos, la puntualidad en el pago de los impuestos o el modo en que nos comportamos con los extranjeros. "No somos sólo víctimas de desigualdades sociales, somos también un poco sus autores", dice el sociólogo François Dubet, que en su último libro,¿Por qué preferimos la desigualdad? (Siglo XXI), da una vuelta de tuerca inquietante al tema de moda en el análisis social y económico. Claro que no atribuye el fenómeno a un conjunto de malas intenciones individuales, sino al debilitamiento de los lazos de solidaridad que solían sostener un "modelo de integración" que parece acabado, en el mundo desarrollado y fuera de él. "Ya no consideramos a los otros lo suficientemente semejantes a nosotros como para querer su igualdad social aceptando algunos 'sacrificios' como los impuestos o la asistencia a la misma escuela", sostiene en diálogo con LA NACION.

Dubet -uno de los sociólogos más destacados de la escena intelectual francesa, que se ha ocupado en otros trabajos del modelo de igualdad de oportunidades, la escuela, la inmigración y el rol de la sociología- subraya un cambio de época: la solidaridad ya no es un elemento permanente del sistema social, sino "una producción continua, resultado de las acciones individuales y las políticas públicas". El autor, que estará en noviembre próximo en la Argentina, reconoce que los populismos de derecha que se extienden por su continente fueron una de las inspiraciones para este libro. "Lo escribí para que las fuerzas de la izquierda y progresistas no abandonen la cuestión de la solidaridad a la extrema derecha populista que propone soluciones irreales, peligrosas y moralmente inaceptables", dice.

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Las manifestaciones en Brasil y el desencanto ciudadano

 

Cuadernos de Coyuntura


La disputa por el sentido de las manifestaciones y la heterogeneidad de sus demandas. La polarización poselectoral y el avance de posiciones de la derecha. Los rasgos históricos de las manifestaciones. La moralización de la política y los desafíos para recuperar una agenda de políticas progresistas.

Las masivas manifestaciones en las principales ciudades de Brasil durante el domingo 16 de agosto evidenciaron la continuidad de una tendencia de los últimos meses: el crecimiento del desencanto de la ciudadanía con respecto a la clase política, que afecta principalmente al gobierno de Dilma Rousseff. Los escándalos de corrupción, especialmente el llamado Petrolão, que involucra a distintos partidos en transacciones entre la empresa estatal Petrobras y grandes constructoras, impulsaron a la ciudadanía hacia nuevas formas de representación política más horizontales, frente al desencanto con los políticos tradicionales. Esta búsqueda ya se había observado durante las manifestaciones desarrolladas en junio de 2013 que alteraron la situación política del país. Los hechos de junio se presentaron, desde un principio, como un movimiento en disputa (como señaló Lincoln Secco) que contenía una cantidad de demandas heterogéneas. Sin embargo, la dificultad del gobierno de traducirlas hacia el sistema político, por ejemplo con la Reforma Política -truncada por la inferioridad de fuerzas en el Congreso- habilitó una redefinición de los sentidos de las manifestaciones hacia la derecha del espectro ideológico.

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“Los medios han sustituido la información política por el ruido y el morbo”

Entrevista al novelista y periodista Javier Mestre, ponente en la Escuela de Verano de los Campamentos Dignidad 


Define su narrativa como “novela social”, en la que se abordan las condiciones de vida de la gente común y trabajadora. Javier Mestre trató en “Komatsu PC-340” (nombre de una marca de excavadoras) las obras de la M-30. En esta novela contaba una realidad (que ocurrió, no es pura ficción) anclada en la época del “boom inmobiliario”: accidentes laborales, explotación de personas “sin papeles”, desregulación ambiental… Ecologistas en Acción denunció en relación con estas obras la “continua vulneración de la ley ambiental” cometida por el alcalde de Madrid (2003-2011), Alberto Ruiz Gallardón. En julio de 2008 el Tribunal de justicia de la Unión Europea dio la razón a la organización ecologista. “Fue un cúmulo de barbaridades”, recuerda el novelista, que en 2014 escribió “Made in Spain”, en principio sobre una fábrica de zapatos pero en realidad acerca de “lo que se está convirtiendo la industria en España”.


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