Las consecuencias de un grave accidente industrial
El mal tiempo endurece la huelga de hambre que secundan cinco trabajadores intoxicados con mercurio en Azsa - "Las niñas están asustadas", asegura Carmen Bacalu, mujer de uno de ellos
San Juan de Nieva (Castrillón), Teresa CEMBRANOS "Las niñas están asustadas y me intentan convencer a mí para que le diga a su padre que renuncie. La pequeña estuvo ayer aquí (por el viernes), y quería darle algo de comer", aseguraba ayer Carmen Bacalu. Su marido, Francisco Gallardo, está en huelga de hambre desde el viernes, guarecido junto a otros cuatro compañeros -Víctor Calota, Alfredo Rodríguez, Roberto González y Rodrigo Natal- en una tienda de campaña a la entrada de Asturiana de Zinc. Reclaman que se les reconozca que la intoxicación por mercurio de la que fueron víctimas es una enfermedad laboral y el abono de las prestaciones económicas ahora bloqueadas. Bacalu, en solidaridad con su pareja, también pasó el día entero sin comer "para saber qué se siente".
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