miércoles, 9 de octubre de 2013

Chomsky a RT: EE.UU. es un Estado unipartidista, del "partido de los negocios"

El destacado académico, lingüista y activista estadounidense Noam Chomsky asegura que los cambios en la arena política en EE.UU. han hecho que este país se convierta en unipartidista, donde gobierna "el partido de los negocios".


En diálogo con RT, Chomsky señaló que "ha habido cambios económicos significativos durante la última generación" y que uno de los efectos de estos cambios han sido básicamente "los programas neoliberales, que tienen el mismo funcionamiento en todo el mundo".

Según el académico, en el caso de EE.UU. estas políticas neoliberales "enfocan la riqueza hacia un estrecho sector, aumentan la desigualdad, lo que tiene un efecto inmediato en la política, en la democracia parlamentaria".

"A medida que el poder se concentra, el poder político hace lo propio, así que hoy por hoy las elecciones son prácticamente compradas. Es una plutocracia, no una democracia", agrega Chomsky.

"Ambos partidos se han desplazado hacia la derecha. EE.UU. es un Estado unipartidista, del partido de los negocios".


actualidad.rt.com  

El Consejo de Europa llama la atención al Gobierno por el "excesivo uso de la fuerza" en las protestas

El informe del Comisario Nils Muiznieks denuncia que en España las autoridades concurren en importantes violaciones de los derechos humanos, como torturas, racismo e impunidad policial
LUIS GIMÉNEZ SAN MIGUEL Madrid 

Uno de los heridos en la carga policial ocurrida el 25-S en la Plaza de Neptuno.

Uno de los heridos en la carga policial ocurrida el 25-S en la Plaza de Neptuno.ALBERTO MARTÍN (EFE)

La visita a España del comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa,Nils Muiznieks, ha servido para llamar la atención al Gobierno y reconocer, al nivel más alto de la UE, lo que muchos colectivos y víctimas llevan tiempo denunciando en España: que las autoridades recurren a un "uso excesivo de la fuerza" contra las manifestaciones ciudadanas, importantes violaciones de los derechos humanos como la tortura o el racismo institucional siguen siendo practicadas por funcionarios públicos y el Gobierno favorece la impunidad policial indultando a agentes condenados.
En su informe, publicado este miércoles, los funcionarios europeos dan unas recomendaciones muy claras de cara a impedir que en España los derechos humanos sigan siendo violados por parte de las autoridades: condenar "con firmeza y públicamente todos los casos de malos tratos y abusos cometidos por agentes del orden"; abolir la detención incomunicada, "donde más violaciones de los derechos humanos se producen"; combatir los comportamientos discriminatorios entre los miembros de la fuerza pública; adoptar, cuando antes, una clara regulación del uso de la fuerza por parte de los agentes antidisturbios en manifestaciones, especialmente el uso de las pelotas de goma, y que, en todo caso, los policías vayan identificados, como no ocurre en la actualidad.
"Los indultos en los casos relacionados con violaciones de derechos humano son motivo de grave preocupación"
La situación que se vive en las calles, así como en comisarías, prisiones y Centros de Internamiento para Extranjeros (CIEs), que ha recogido el Comisionado ha sorprendido a los enviados europeos. "La investigación indica un excesivo uso de la fuerza por parte de las agentes de seguridad en las manifestaciones contra la austeridad de 2011 y 2012, que sacaron a la luz violaciones de los derechos humanos que se cometían desde hace años", comienza relatando el documento en el apartado dedicado a esta cuestión. A continuación, ponen el acento en un aspecto que para ellos es condición necesaria para que todo esto pueda ocurrir: "la concesión de indultos por el Gobierno, incluso en los casos relacionados con graves violaciones de derechos humanos, tales como los indultos otorgados en noviembre de 2012 a cuatro agentes de Policía que había sido condenado por la tortura, ha sido motivo de grave preocupación para el Comisario".
Recuerdan cómo, desde 1991, el Comité para la Prevención de la Tortura (CPT) ha venido llamando la atención del problema de los malos tratos por parte de la Guardia Civil y la Policía Nacional en "casos de detención por sospecha de pertenencia o relación a grupos armados o terroristas", algo que desde colectivos vascos se ha denunciando durante años mientras todas las autoridades miraban para otro lado. En opinión del Comisionado, "la propia naturaleza de la incomunicación durante las detenciones favorece las violaciones de derechos humanos". Y también se hacen eco de otra denuncia del CPT desde hace largo tiempo: los interrogatorios a activistas, tanto en Euskadi como en el resto del Estado, los llevan a cabo agentes encapuchados. En cuatro casos se ha considerado que España había violado el artículo 3 del Comisionado Europeo de Derechos Humanos, debido a la falta de investigaciones efectivas sobre las denuncias de malos tratos cometidos en el contexto derégimen de incomunicación.
 

El documento también recuerda cómo, desde 2011, el número de manifestaciones contra las medidas de austeridad han crecido exponencialmente en España. En 2012 la Policía Nacional registró un total de cerca de 6.000 manifestaciones, un incremento del 50% respecto a 2011. Y también explican cómo las protestas han adquirido nuevas formas: ocupaciones de espacios públicos durante periodos prolongados, desobediencia civil para parar los desahucios, ocupación de edificios abandonados, escraches... Aunque reconocen que esto, sin duda, dificulta la actuación de la fuerza pública, el Comisionado se muestra rotundo a la hora de señalar que "es de vital importancia garantizar que las libertades de expresión y de reunión pacífica sean plenamente respetadas y protegidas".
Denuncian la "falta de normas claras sobre el uso de las nuevas armas de proyectiles"
Entre los episodios más negros del historial de la represión y la violación de derechos humanos en España en los últimos años sin duda están los casos de la manifestación del 15 de mayo de 2011 de Madrid, el desalojo de Plaça Catalunya que tuvo lugar días después y las cargas policiales contra la manifestación que rodeaba el Congreso de los Diputados el 25 de septiembre de 2012, donde, según ha recogido el Comisario, 25 de las 37 personas detenidas ese día presentaron quejas de malos tratos a manos de agentes de la Policía Nacional durante su detención. Y recuerdan que en Madrid, se han puesto 1117 multas administrativas a manifestantes que habían sido identificados por participar en protestas, 230 sólo entre enero y abril de 2012.
También hacen especial hincapié en el uso que hacen los agentes antidisturbios de lasbalas de goma para atacar a los manifestantes, puesto que "el uso de tales armas presenta un peligro claro como lo demuestra la muerte de una persona afectada por una bala de goma en Bilbao en abril 2012" y las tres personas que en Barcelona perdieron la visión de un ojo sólo en 2012. Y denuncian la "falta de normas claras sobre el uso de las nuevas armas de proyectiles". ¿Una forma fácil para que estos abusos dejen de ocurrir? Como han repetido muchos colectivos: que los agentes antidisturbios vayan identificados.

El falso discurso económico.

  rectorberzosa

En la economía no hay ni lo ha habido, consenso económico y, en consecuencia, tampoco existe acuerdo en las proposiciones que se hacen. Sin embargo, en algunas ocasiones, un mismo discurso económico da lugar a medidas de política económica diferentes. Un libro excelente que trata esta cuestión es el de René Passet Las grandes representaciones del mundo y la economía a lo largo de la historia (Clave intelectual,2012). Lo que se suele producir, no obstante, es la existencia de un periodo determinado de tiempo de un paradigma dominante, tanto en la teoría como en las recetas económicas que se recomiendan.

Al lado del paradigma dominante, que configura a la economía convencional, siempre existen pensadores discrepantes, heterodoxos, y autores que nadan contracorriente. El debate y la controversia se encuentran presentes en la ciencia económica y en la economía aplicada. El paradigma dominante cambia a lo largo del tiempo. Esto no solamente sucede en la economía  sino en las ciencias puras y experimentales tal como Kuhn lo analizó en La estructura de las revoluciones científicas  (Fondo de Cultura económica, 1971).
Leer texto completo de Carlos Berzosa, catedrático de Economía Aplicada y miembro del Consejo político de Izquierda Abierta, en El siglo de Europa.

El papel de los periodistas en las guerras de propaganda


bomba afganistanPatrick Cockburn
Znet/London Review of Books
Traducido para Rebelión por Germán Leyens
Las cuatro guerras libradas en Afganistán, Irak, Libia y Siria durante los últimos 12 años han involucrado todas intervenciones abiertas o encubiertas en países profundamente divididos. En cada caso la participación de Occidente exacerbó diferencias existentes y empujó a partes hostiles hacia la guerra civil. En cada país, toda o parte de la oposición ha sido de combatientes yihadistas de la línea dura. Sean cuales sean los verdaderos problemas en juego, las intervenciones se han presentado como primordialmente humanitarias, en apoyo a fuerzas populares opuestas a dictadores y Estados policiales. A pesar de aparentes éxitos militares, en ninguno de estos casos la oposición local y sus patrocinadores han logrado consolidar el poder y constituir Estados estables.
Más que la mayoría de las luchas armadas, los conflictos han sido guerras de propaganda en las cuales los periodistas de la prensa escrita, de la televisión y de la radio jugaron un papel central. En todas las guerras existe una diferencia entre las noticias presentadas y lo que sucedió realmente, pero durante esas cuatro campañas se ha dejado al mundo exterior con conceptos erróneos incluso sobre la identidad de los vencedores y los derrotados. En 2001, los informes sobre la guerra afgana dieron la impresión de se había derrotado decisivamente a los talibanes a pesar de que hubo muy pocos combates. En 2003 se propagó en Occidente la creencia de que se había aplastado a las fuerzas de Sadam Hussein cuando en realidad el ejército iraquí, incluyendo las unidades de elite de la Guardia Especial Republicana, habían sido simplemente desbandadas y devueltas a casa.
En Libia en 2011 los milicianos rebeldes, mostrados tan a menudo en la televisión disparando ametralladoras pesadas montadas en camionetas en la dirección general del enemigo, tuvieron solo un papel limitado en el derrocamiento de Muamar Gadafi que fue logrado sobre todo por los ataques aéreos de la OTAN. En Siria en 2011 y 2012 dirigentes y periodistas extranjeros predijeron repetida y vanamente la inminente derrota de Bacher el-Asad.
Estas suposiciones falsas explican el motivo por el cual ha habido tantas sorpresas y cambios de fortuna inesperados. Los talibanes volvieron a levantarse en 2006 porque no estaban derrotados tan exhaustivamente como imaginaba el resto del mundo. A finales de 2001 pude conducir –nervioso pero seguro– de Kabul a Kandahar, pero cuando traté de hacer el mismo viaje en 2011 no pude ir más lejos hacia el sur por la carretera principal que la última estación de policía en las afueras de Kabul. En Trípoli hace dos años los hoteles estaban totalmente repletos de periodistas cubriendo la caída de Gadafi y el triunfo de las milicias rebeldes. Pero la autoridad del Estado todavía no se ha restaurado. Este verano Libia casi ha dejado de exportar petróleo porque los principales puertos del Mediterráneo han sido ocupados por milicianos amotinados, y el primer ministro, Ali Zeidan, amenazó con bombardear “desde el aire y el mar” los buques cisterna que los milicianos utilizaban para vender petróleo en el mercado negro.
La caída de Libia en la anarquía fue apenas cubierta por los medios internacionales, que hace tiempo se habían ido a Siria y más recientemente a Egipto. Irak, donde hace pocos años había tantas oficinas de noticias extranjeras, también ha desaparecido del mapa mediático aunque mueren hasta 1.000 iraquíes al mes, la mayoría en atentados contra objetivos civiles. Cuando llovió unos días en enero en Bagdad el sistema de alcantarillado, supuestamente restaurado por un coste de 7.000 millones de dólares, no dio abasto; en muchas calles la gente se hundía hasta las rodillas en aguas sucias y residuales. En Siria muchos combatientes de la oposición que habían luchado por defender sus comunidades se convirtieron en bandidos con licencia y facinerosos cuando tomaron el poder en enclaves en manos rebeldes.
No es que los periodistas hayan sido incorrectos desde el punto de vista de los hechos en sus descripciones de lo que habían visto. Pero el propio término de “corresponsal de guerra”, aunque no es usado con frecuencia por los propios periodistas, ayuda a explicar lo que anduvo mal. Dejando de lado sus connotaciones machistas, da la impresión errónea de que la guerra se puede describir adecuadamente concentrándose en el combate militar. Pero las guerras irregulares o de guerrilla siempre son intensamente políticas, y ninguna más que los extraños conflictos intermitentes que ocurrieron después del 11-S. Esto no significa que lo que ocurrió en el campo de batalla haya sido insignificante, sino que requiere una interpretación. En 2003 la televisión mostró columnas de tanques iraquíes destruidos e incendiados después de los ataques aéreos de EE.UU. en la principal carretera del norte de Bagdad. Si no hubiera sido por el fondo desértico, los espectadores podrían haber estado viendo fotos del ejército alemán derrotado en Normandía en 1944. Pero yo subí a algunos de los tanques y pude ver que habían sido abandonados mucho antes de que los alcanzaran. Esto era importante porque mostraba que el ejército iraquí no estaba dispuesto a combatir y morir por Sadam. También era un indicador del probable futuro de la ocupación aliada. Los soldados iraquíes no se consideraban derrotados, esperaban mantener sus puestos en el Irak de después de Sadam y se enfurecieron cuando los estadounidenses disolvieron su ejército. Oficiales bien entrenados se unieron a la resistencia, con devastadoras consecuencias para las fuerzas ocupantes: un año después los estadounidenses controlaban solo islas de territorio en Irak.
La cobertura bélica es más fácil que otros tipos de periodismo en un aspecto porque el melodrama de los eventos impulsa la historia y atrae a una audiencia. Puede ser arriesgada a veces, pero el corresponsal que habla hacia la cámara, con obuses que estallan y vehículos militares incendiados como fondo, sabe que su informe será destacado en cualquier telediario. “Si sangra se destaca” es un antiguo adagio mediático estadounidense. El drama de la batalla domina inevitablemente las noticias, pero las simplifica demasiado al revelar solo parte de lo que sucede. Esas exageradas simplificaciones fueron más que usualmente burdas y engañosas en Afganistán e Irak, cuando se mezclaban con propaganda política y satanizaban a los talibanes y luego a Sadam como el diablo encarnado, presentando el conflicto –algo particularmente fácil en EE.UU. en la atmósfera histérica después del 11-S– como una lucha evidente entre el bien y el mal. Las catastróficas deficiencias de la oposición se ignoraron.
Al llegar 2011 la complejidad de los conflictos en Irak y Afganistán era evidente para los periodistas en Bagdad y Kabul si no necesariamente para los editores en Londres y Nueva York. Pero para entonces la cobertura de las guerras en Libia y Siria demostraba una forma diferente, aunque igualmente potente, de ingenuidad. Una versión del espíritu de 1968 prevalecía: repentinamente se dijo que los antagonismos anteriores a la Primavera Árabe estaban obsoletos; un mundo feliz se estaba creando a una velocidad vertiginosa. Los comentaristas sugirieron de modo optimista que, en la era de la televisión satelital e internet, las formas tradicionales de represión –censura, encarcelamiento, tortura, ejecución– ya no podían asegurar en el poder a un Estado policial¸ e incluso podían ser contraproducentes. El control estatal de la información y la comunicación había sido subvertido por blogs, teléfonos satelitales e incluso el teléfono móvil. YouTube suministraba los medios para denunciar del modo más gráfico e inmediato los crímenes y la violencia de las fuerzas de seguridad.
En marzo de 2011 los arrestos masivos y la tortura aplastaron fácilmente el movimiento pro democracia en Bahréin. Las innovaciones en la tecnología de la información podrán haber cambiado marginalmente las probabilidades a favor de la oposición, pero no lo suficiente para impedir la contrarrevolución, como demostró el golpe militar del 3 de julio en Egipto. El éxito inicial de las manifestaciones callejeras llevaron al exceso de confianza y a la excesiva dependencia de la acción espontánea; la necesidad de dirigencia, organización, unidad y políticas que representaran más que una vaga agenda humanitaria, todo eso se ignoró. La historia –incluidas las historias de sus propios países– no tuvo nada que enseñar a esta generación de radicales y aspirantes a revolucionarios. No aprendieron las enseñanzas de lo que ocurrió en Egipto cuando Nasser tomó el poder en 1952 y no preguntaron si los levantamientos árabes de 2011 podrían tener paralelos con las revoluciones europeas de 1848, cuando las victorias fáciles fueron rápidamente revertidas. Muchos miembros de la intelectualidad en Libia y Siria parecían vivir y pensar dentro de la cámara de resonancia de Internet y tenían pocos pensamientos prácticos sobre el camino hacia adelante.
La convicción de que un gobierno tóxico es la raíz de todo mal es la posición pública de la mayoría de las oposiciones, pero es dañino confiar en la propia propaganda. La oposición iraquí creía genuinamente que los problemas sectarios y étnicos de Irak provenían de Sadam y que una vez que desapareciera todo iría bien. La oposición en Libia y Siria creía que los regímenes de Gadafi y Asad eran tan manifiestamente malos que era contrarrevolucionario cuestionar si lo que vendría después de ellos sería mucho mejor. Los periodistas extranjeros han compartido en general esas opiniones. Mencioné algunos defectos de los milicianos libios a una periodista occidental y respondió con reprobación: “Solo recuerde quiénes son los buenos”. Podrán haber sido los buenos pero había algo inquietante respecto a la facilidad con la cual aseguraban lugares favorables a los medios, sea en la Plaza Tahrir o en la línea del frente en Libia. Los manifestantes de Bengasi alzaban letreros escritos en perfecto inglés, que en su mayoría ni siquiera podían leer ellos mismos, para el bien de los televidentes. En Ajdabiya, a dos horas de la principal carretera costera al sur de Bengasi, los periodistas extranjeros a menudo excedían en número a los combatientes de la oposición, y los camarógrafos tenían que maniobrar a sus corresponsales para que no fueran demasiado evidentes para la audiencia. El principal peligro allí era ser atropellado por una camioneta portando una ametralladora pesada: los conductores frecuentemente entraban en pánico cuando un obús estallaba a la distancia. Los milicianos libios eran efectivos cuando combatían por sus propias ciudades y pueblos, pero sin una protección aérea no habrían resistido mas de unas semanas. La concentración mediática en pintorescas escaramuzas distraía la atención del hecho central de que Gadafi fue derrocado por la intervención militar de EE.UU., Gran Bretaña y Francia.
No hay nada sorprendente en todo esto. Las apariciones públicas de los dirigentes occidentales con niños sonrientes o soldados que vitorean son invariablemente ideadas para mostrarlos ante los televidentes bajo una luz simpática. ¿Por qué no deberían tener los rebeldes árabes las mismas habilidades de relaciones públicas? El problema era la forma en que los corresponsales de guerra aceptaron con tanta rapidez y publicitaron las historias de las atrocidad de la oposición. En Libia una de las historias más influentes describió la violación en masa de mujeres en áreas rebeldes por las tropas gubernamentales actuando por orden desde arriba. Una psicóloga libia afirmó que había distribuido 70.000 cuestionarios en áreas controladas por los rebeldes, de los cuales se devolvieron 60.000. Unas 259 mujeres declararon que las habían violado; la psicóloga dijo que había entrevistado a 140. El hecho de que se pudieran recoger unas estadísticas tan precisas en la anarquía de Libia oriental era imposible, pero su historia se repitió sin ninguna crítica y contribuyó considerablemente a convertir a Gadafi en un paria. Informes de Amnistía Internacional, Human Rights Watch y de una comisión de la ONU diciendo que no existía evidencia de esa historia generalmente se ignoraron. Parece que fue un truco propagandístico altamente exitoso. En otra ocasión, los rebeldes mostraron los cuerpos de ocho soldados del gobierno; afirmaron que los hombres habían sido ejecutados por los suyos por tratar de desertar hacia la oposición. Más adelante, Amnistía descubrió un vídeo que mostraba a los ocho hombres vivos después de capturados por los rebeldes: evidentemente, habían sido asesinados poco después y se culpó a las fuerzas de Gadafi de esas muertes.
Los ingredientes esenciales de una buena historia de atrocidades son que debieran ser horripilantes y no refutables de inmediato. En 1990 se informó ampliamente que los soldados iraquíes invasores arrojaron de las incubadoras del hospital a los bebés y los dejaron abandonados en el suelo para que murieran. Inmensamente influyente entonces, la historia solo se desacreditó cuando resultó que la persona que afirmaba que lo había presenciado resultó que era hija del embajador kuwaití en Washington; no había estado en el hospital en aquellos días. Los periodistas podrán tener sus sospechas pero pocas veces pueden negar historias semejantes directamente. También saben que a los editores de noticias no les gusta que les digan que una noticia vívida, que sin duda será utilizada por sus competidores, sea probablemente falsa. Es fácil culpar a la “neblina de guerra” y es verdad que los combates involucran eventos confusos y acelerados, informes que no pueden comprobarse. Todos en una guerra tienen motivos importantes para dstorsionar sus logros y fracasos y usualmente es difícil refutar sus afirmaciones. No es nada nuevo. “¿Se le ocurrió alguna vez, señor, las oportunidades que ofrece un campo de batalla a los mentirosos?” dijo una vez el general confederado Stonewall Jackson a un asistente.
Ciertamente es peligroso quedarse demasiado tiempo para establecer lo que sucede en realidad cuando los combatientes se disparan unos a otros. En Siria, en junio, estaba entrevistando al gobernador de Homs, cuando inesperadamente afirmó que el ejército sirio había tomado una localidad en la frontera libanesa llamada Tal Kalakh previamente controlada por la oposición. Sugirió que fuera a verlo con mis propios ojos. La oposición decía que todavía había feroces combates y Al Jazeera informó de que surgía humo de la ciudad. Pasé tres horas conduciendo por Tal Kalakh, que ciertamente estaba bajo pleno control gubernamental, y no escuché un solo tiro ni olí o vi humo. Parte de la ciudad había sido fuertemente dañada por la artillería y las calles estaban vacías, aunque un simpatizante del gobierno afirmó que se debía a que “la gente está durmiendo siesta”.
Mientras estaba en Damasco me quedé en el distrito cristiano de Bab Touma, en el que caían obuses de mortero disparados desde distritos controlados por los rebeldes. Un amigo me llamó para decirme que cuatro personas habían muerto en un ataque suicida a algunos cientos de metros de distancia. Fui inmediatamente al lugar y vi un cuerpo bajo una sábana blanca; al otro lado de la calle había un pequeño cráter que parecía causado por la explosión de un proyectil de mortero. La televisión estatal siria afirmó continuamente que el muerto era un atacante suicida que había atentado contra una iglesia cristiana; incluso dieron su nombre. Por una vez fue posible saber exactamente lo que había sucedido: las secuencias de televisión de circuito cerrado filmadas desde la calle mostraron la caída de una bomba de mortero delineada por un instante contra la camisa blanca de un peatón. Murió al instante y le identificaron erróneamente como el atacante. La televisión siria pidió disculpas posteriormente por su error.
En cada uno de estos casos el sesgo político y el simple error se combinaron para producir una versión engañosa de los eventos, pero tuvo poco que ver con la “niebla de la guerra”. Todo lo que establece realmente es que no existe alternativa al reportaje de primera mano. Los periodistas admiten pocas veces enteramente en su interior o ante otros el grado en el que se basan en fuentes secundarias o interesadas. El problema es complicado porque gente atrapada en eventos de valor noticioso a veces se convence de que sabe más de lo que sabe realmente. Los sobrevivientes de atentados suicidas en Bagdad me describían detalladamente la expresión facial del atacante momentos antes de que detonara sus explosivos olvidando que si hubieran estado tan cerca estarían muertos. Los mejores testigos eran niños que vendían cigarrillos, que siempre estaban en busca de clientes.
En realidad, la guerra no es mucho más nebulosa que la paz, a veces menos. Los eventos serios son difíciles de ocultar porque los afectados son miles –soldados, guerrilleros y civiles– y una vez que los combates han comenzado las autoridades se vuelven cada vez menos capaces de controlar e impedir los movimientos de un periodista emprendedor. Se hace difícil guardar los secretos sobre quién controla qué territorio y quién gana o pierde. Se hace fácil encontrar informantes. En tiempos de peligro, sea en Belfast, Basora o Damasco, la gente llega a ser intensamente consciente de cualquier amenaza potencial en su vecindario: puede ser tan pequeña como una nueva cara o la llegada de una unidad militar. Un gobierno o un ejército pueden tratar de mantener el secreto prohibiendo la presencia de periodistas pero pagarán el precio a medida que el vacío de noticias se compensa con información suministrada por sus enemigos. El gobierno sirio se infligió una desventaja política al negar visas a la mayoría de los periodistas extranjeros, una política que solo recientemente comienza a revertir.
A medida que el peligro comenzó en Irak después de 2003, se propagó un rumor de que los periodistas extranjeros no eran realmente testigos presenciales porque los habían reducido a “periodismo de hotel”, ya que nunca abandonaban tres o cuatro hoteles bien fortificados. Eso nunca fue verdad, aparte de que esos hoteles eran repetidamente objeto de ataques suicidas. Los periodistas que temían abandonar su hotel tomaban la sensata precaución de no ir a Bagdad para comenzar. Solían pensar que lo más probable era que a los periodistas inexpertos los mataran o los secuestraran cuando trataban de ganar reputación tomando riesgos excesivos. Pero los corresponsales de guerra que conocía mejor y que murieron, como David Blundy en El Salvador en 1989 y Marie Colvin en Siria en 2012, eran muy experimentados. Su único error fue ir a sitios peligrosos con tanta frecuencia que existía una gran probabilidad de que un día fueran alcanzados por una bala o una bomba.
Las confusas guerras de guerrilla y los esporádicos bombardeos de artillería en guerras sin claras líneas de frente son particularmente peligrosos. En 2004, los milicianos chiíes que habían sido afectados por combates con marines estadounidenses ese mismo día casi me mataron fuera de Kufa en el Éufrates. Al sospechar de la toca local que llevaba puesta, medio decidieron que era un espía. Pero me había puesto la toca como un disfraz básico, con el fin de viajar por aldeas en manos suníes en la carretera entre Kufa y Bagdad.
La idea de que los periodistas extranjeros solo se esconden en sus hoteles en Damasco, Bagdad o Kabul es absurda. Una acusación más sustantiva es que escriben demasiado sobre tiroteos y escaramuzas, los fuegos artificiales de la guerra, mientras descuidan el cuadro más amplio que podría determinar el resultado. “Mi periódico no hace lo que llama ‘periodismo bang-bang’” me dijo por lo alto un corresponsal, explicando por qué ninguno de sus colegas estaba cubriendo de primera mano los combates en Siria. Pero el “bang-bang” importa: la guerra puede no ser explicable sin la política, pero la política no se puede comprender sin la guerra. Al principio de la ocupación de Irak fui a la central eléctrica al-Dohra en Bagdad después de que un soldado estadounidense fue asesinado allí a tiros allí y otro herido. Fue el pequeño cambio de una incipiente guerra de guerrillas, pero la aprobación de la gente del lugar mientras estaba junto a la charca de sangre seca sobre el pavimento era significativa. “Somos muy pobres pero celebraremos cocinando un pollo”, dijo un hombre. “Si Dios quiere, habrá más acciones parecidas”.
El hecho de estar empotrados con los ejércitos estadounidense y británico tuvo la desventaja de que los periodistas terminaron teniendo las mismas experiencias que los soldados y pensando de la misma manera. Es difícil no asociarse con personas importantes para la propia seguridad y con las cuales uno comparte peligros comunes. A los ejércitos les gusta el sistema de empotramiento en parte porque pueden favorecer a periodistas simpatizantes y excluir a los más críticos. Para los periodistas, a pesar de su intuición, significa a menudo perder partes cruciales de una guerra, ya que un comandante guerrillero experto atacará naturalmente cada vez que las fuerzas enemigas están ausentes o sean débiles. Cualquiera que esté empotrado con el ejército tenderá a estar en el lugar equivocado en el momento equivocado. En 2004, cuando los marines de EE.UU. atacaron la ciudad de Faluya, matando a muchos insurgentes, iban acompañados por la mayor parte del cuerpo de prensa de Bagdad. Fue una victoria famosa y muy publicitada, pero lo que los medios ignoraron en gran parte entonces, fue el contraataque insurgente: la captura de la ciudad mucho más grande de Mosul en el norte de Irak, de la cual se habían retirado los soldados estadounidenses.
El cambio más siniestro en la forma de percibir la guerra proviene de lo que hace dos años parecía ser un desarrollo totalmente positivo. La televisión satelital y el uso de información suministrada por YouTube, los blogueros y los medios sociales se presentaron como innovaciones liberadoras. El monopolio de la información impuesto por Estados policiales de Siria a Egipto y de Bahréin a Túnez se había roto. Pero como ha demostrado el curso del levantamiento en Siria, la televisión satelital e internet también esparcen propaganda y odio. Las historias fraudulentas de atrocidades tienen efectos sobre una guerra: un miliciano sirio que cree que los soldados del gobierno contra los que combate tienen órdenes de violar a su mujer y a sus hijas no va a tomar muchos prisioneros.
La situación ha empeorado desde Libia. La “guerra de YouTube” que muestra atrocidades de ambas partes ha ido más allá que la verdadera guerra en Siria como una influencia sobre partidarios de los rebeldes y del gobierno. Canales satelitales como Al-Jazeera dependen de esos clips de propaganda. Muchas de las atrocidades son reales. Los rebeldes pueden ver filmes de fosas comunes de gente muerta por gas tóxico o de niños retorciéndose de dolor por quemaduras de napalm. En partes de Damasco en manos del gobierno la gente ya no sale por la noche, sino que se sienta en casa a mirar secuencias de soldados del gobierno que son decapitados o de sacerdotes cristianos y soldados alauitas a los que les cortan la garganta. Gran parte de esas secuencias son reales, pero no todas. Un corresponsal en el sudeste de Turquía visitó recientemente un campo de refugiados sirio donde encontró a niños de diez años mirando un clip de YouTube en el que ejecutan a dos hombres con una motosierra. El comentario afirmaba que las víctimas eran suníes sirios y los asesinos alauitas: en realidad la película era mexicana y los asesinatos habían sido realizados por un capo de la droga para intimidar a sus rivales.
La dieta de películas snuff ayuda a explicar la ferocidad del conflicto en Siria y el grado de odio y terror de ambas partes. También explica por qué las dos partes tienen tantas dificultades para hablar entre ellas. ¿Cómo habrían reaccionado soldados de la Unión en la Guerra Civil Estadounidense, si hubieran visto repetidamente filmes de comandantes confederados abriendo el cuerpo de un soldado muerto del ejército de la Unión para comerse su corazón?
Fuente original: London Review of Books
Patrick Cockburn es autor de Muqtada: Muqtada Al-Sadr, the Shia Revival, and the Struggle for Iraq.

Estudio muestra que en el ADN del cubano están todas las “razas”

 Primer dia de clases breve mirada por las calles habaneras. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.

Jóvenes estudiantes de camino a su escuela en La Habana. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Por Beatriz Marcheco Teruel
El color de la piel es, a menudo, erróneamente interpretado como sinónimo de «raza». Al ser uno de los fenotipos1 más variables en los seres humanos, es descrito, por lo general, según la apreciación a simple vista, del observador, que la realiza, casi siempre, a individuos vestidos. Sin embargo, se ha demostrado que la exposición a los rayos ultravioletas produce cambios en el contenido de melanina2 en las áreas del cuerpo expuestas al sol comparadas con las zonas no expuestas, en las que este rasgo no se modifica por influencias ambientales. Aunque en todos los continentes existen personas de piel clara y otras de piel oscura, la pigmentación varía de forma marcada dentro y entre las diferentes regiones geográficas, y muestra una fuerte relación con las latitudes y la incidencia en ellas de los rayos ultravioletas.
La pigmentación epidérmica ha sido un elemento central en la mayoría de las discusiones sobre «raza» y genética. Hoy se conoce que es un rasgo determinado por el efecto de varios genes, aunque no está bien dilucidado el papel de los involucrados en su definición, ni su historia evolutiva. En el campo de la genética y de las investigaciones biomédicas, uno de los problemas con el uso de la palabra «raza»3 como identificador para clasificar individuos (al describir, por ejemplo, los datos generales en la historia clínica de un paciente), es la ausencia de una clara definición de este término.
Históricamente, la «raza» ha sido clasificada sobre la base de características socioculturales y biológicas que incluyen cultura, religión, etnicidad, origen geográfico, así como la morfología y el color de la piel.4Ahora bien, estos dos últimos no se consideran buenos indicadores para la descripción racial, porque son el resultado de la adaptación a condiciones ambientales y pueden estar sujetos a evolución convergente; por ejemplo, las personas de piel negra que habitan las regiones de Nueva Guinea, sur de la India y África muestran, respectivamente, significativas variaciones en la tonalidad de la piel, como también las distintas etnias dentro de un mismo continente o región. Del mismo modo, la apreciación común sobre la «raza» de diferentes individuos posee fuertes componentes socioculturales, entre ellos el idioma, la religión y la etnicidad de los evaluados, por lo que tampoco es un indicador idóneo para dilucidar un ancestro compartido. Es el caso, digamos, del grupo de los denominados «hispanos» en los Estados Unidos, que incluye indistintamente a individuos de origen ancestral europeo, africano y nativo-americano, y todas las combinaciones posibles entre ellos. Tampoco el origen geográfico es siempre adecuado para describir la «raza» dadas las migraciones poblacionales tanto recientes, como históricas y aun prehistóricas.

Qué dice el ADN

Los paradigmas de la identidad humana basada en el concepto «raza» como constructo biológico y/o sociocultural pueden ser cuestionados a la luz de los datos disponibles sobre las variaciones genéticas encontradas en la secuencia del genoma humano.5 Su secuenciación ha mostrado que somos idénticos entre nosotros en el 99,6%-99,8% de nuestro material genético. El 0,2%-0,4% restante, que indica lo diferente en cuanto a las bases nitrogenadas que conforman el ADN, da lugar a unos diez millones de variantes en características humanas (referidas, por ejemplo, a color de los ojos, del pelo, forma de la nariz, etc.), sobre la base de las cuales se explica la biodiversidad de nuestra especie. La mayor diversidad a nivel del ADN ha sido encontrada en los individuos que mayor proporción de ancestros africanos poseen en su genoma.6
Todas estas informaciones derivadas de los resultados del proyecto Genoma Humano constituyen desafíos actuales para la ciencia y la sociedad, en relación con la validez de la categoría «raza». La diferencia entre esta y variación genética humana guía hoy a los investigadores de la biología hacia la búsqueda de diferencias entre distintas poblaciones en relación con la salud y la predisposición a enfermedades y, un poco más allá, la respuesta individual a los medicamentos, en un camino que se ha denominado «la medicina personalizada».
El estudio de la estructura genética de las poblaciones (también conocido como mapeo de mestizaje), a través de marcadores biológicos basados en variaciones del ADN, ha recibido en los últimos tiempos considerable atención por su valor para dilucidar su historia y su relación con una particular predisposición a enfermedades de alta prevalencia y morbi-mortalidad.
A partir de un estudio científico-médico, en curso, sobre mestizaje y demencia senil, expongo los resultados obtenidos en una muestra de individuos cubanos que —aunque no deben ser interpretados como representativos de toda la población del país, por haberse realizado el pesquizaje en solo dos provincias—7 permitió conocer cómo está expresada en nuestro genoma la mezcla de las etnias ancestrales que dieron origen a la población cubana y qué dicen los genes acerca de nuestro mestizaje.
Además de la utilidad que puede representar para la ciencia médica, finalidad para la que fue realizada la investigación, esta información posee, en el contexto de la caracterización del patrimonio genético de la nación, la intención de contribuir, a partir de la evidencia científica obtenida, a diferentes estudios antropológicos, etnológicos y socio-culturales sobre el mestizaje de los cubanos, o a confirmar sus resultados. Intenta igualmente servir a los investigadores de las ciencias sociales, intelectuales y personas interesadas en el tema para continuar alimentando el conocimiento de nuestras raíces e identidad como pueblo.

Estudio sobre mestizaje y demencia en una muestra de población cubana

En la medida en que aumenta la esperanza de vida de una población, se incrementa la prevalencia de un grupo de enfermedades que comienzan en edades avanzadas, entre ellas la demencia. Como parte de un estudio relacionado con los factores de riesgo para el Síndrome Demencial y partiendo de la hipótesis —basada en el hecho comprobado de que esta enfermedad es más frecuente en personas de piel blanca— de que una mayor proporción de genes ancestrales africanos en el genoma de un individuo podría significar un menor riesgo para padecer de demencia, fueron estudiadas 531 personas, residentes en la ciudad de La Habana y la provincia de Matanzas, cuyos padres y abuelos procedían de todas las provincias del país y aun de países como España, Jamaica, China, Puerto Rico, Turquía, Siria y Colombia. El estudio del mestizaje fue realizado a través de marcadores que exploran esta información directamente en el ADN.

Características generales de las personas estudiadas

La muestra estuvo compuesta por individuos de 65 años o más, que es la edad a partir de la cual la demencia es más frecuente. 67% de las personas estudiadas fueron mujeres. 46% de los participantes tenía entre 65 y 74 años y el otro 54% contaba con 75 años o más. 3,2% de los encuestados refirió no estar escolarizado, 23,8% no llegó a concluir la educación primaria, 31,4% alcanzó ese nivel de enseñanza, 24,3% terminó la secundaria, y el resto terminó el preuniversitario o el nivel superior.
Para la muestra en general, o sea, las 531 personas, sin distinción de color de la piel, la proporción del mestizaje fue la siguiente: como promedio, 73,8% de los genes ancestrales fueron de origen europeo, 16,8% de origen africano y 9,4% de origen nativo-americano. Según la pigmentación epidérmica, se manifestó de la siguiente manera:
  • Piel blanca. En las personas analizadas dentro de este grupo, 91% de sus genes ancestrales fue, como promedio, de origen europeo y 5,8% de origen africano. Sin embargo, individualmente, la cantidad de genes europeos va desde 24,4% hasta 98,7%, mientras que la proporción de genes africanos oscila desde 0,7% hasta 72,7%. Resulta de interés el hecho de que once individuos de piel blanca tienen más de 30% de sus genes de origen africano y, de ellos, cuatro con más de 50%, o sea, a pesar de la tonalidad de su piel, la mitad de sus genes provienen del llamado «continente negro».
  • Piel negra. Los individuos de piel negra mostraron, como promedio, que 45% de sus genes ancestrales son de origen europeo y 49.6% de origen africano. La proporción de genes europeos en personas de piel negra fue desde 12,3% hasta 98,7% y la de genes ancestrales africanos, desde 0,7% hasta 86,8%. De los 101 individuos de piel negra estudiados, 75 mostraron más de 30% de sus genes de origen europeo y, de ellos, diez tienen más de 85% de sus genes ancestrales con ese origen.
  • Piel mestiza. Los individuos de piel mestiza mostraron, como promedio, 64% de sus genes ancestrales de origen europeo y 28,6% de origen africano. La proporción de genes de origen europeo en estos individuos varía desde 19,6% hasta 96,9% y la de origen africano desde 2,4% hasta 70,2%. En 49 individuos mestizos se encontró que más de 50% de sus genes ancestrales, son europeos.
El análisis estadístico permitió conocer que el proceso de mezcla de genes que da origen a este mestizaje, ha tenido lugar durante siete generaciones, lo que equivale aproximadamente a doscientos años.

Otros hallazgos de interés

El estudio del ADN (a partir de una muestra de sangre tomada con el consentimiento de cada participante) se realizó a través de marcadores genéticos que han sido utilizados en diferentes poblaciones, porque permiten diferenciar adecuadamente en el genoma la información que procede de ancestros africanos, europeos y nativo- americanos. En este último caso, el comportamiento de estos marcadores, o sea, la frecuencia de sus variantes, es muy similar a la de las poblaciones de origen asiático.
Se utilizaron sesenta marcadores que fueron capaces de rastrear el origen ancestral en veintidós de los veintitrés pares de cromosomas humanos. El análisis de los resultados se realizó con un programa estadístico computarizado diseñado para estos fines,8 que permite calcular para cada individuo su proporción de genes de origen africano, europeo y nativo-americano, y asimismo analiza estas proporciones para la muestra en general. Es capaz, además, de estimar el número de generaciones durante las cuales ha tenido lugar la mezcla que origina las proporciones actuales de mestizaje.

Hallazgos de la investigación

El mayor hallazgo de la investigación, y el que, en nuestro criterio, podría ser de más utilidad para los estudios antropológicos, sociológicos y de otras ciencias sociales, es que en todos los individuos estudiados estuvieron estos genes, mientras que la presencia de accidentes cerebrovasculares fue mayor.
No pudo demostrarse que una mayor proporción de genes africanos implicara un menor riesgo para padecer demencia, como había sido supuesto en la hipótesis de la investigación; por lo que puede deducirse —por lo menos en la muestra estudiada— que la posibilidad o no de padecer demencia senil en nuestra población, es similar en personas de cualquier color de piel.
En el estudio realizado se evaluó un conjunto de variables relacionadas con hábitos y costumbres de la vida social de los individuos. En su análisis, se apreció la existencia de una correlación positiva entre la proporción de genes de ancestro africano y el menor consumo de carne en la dieta, así como el exceso en la ingestión de bebidas alcohólicas. Tal hecho se atribuyó, en la interpretación de los resultados, a fenómenos construidos socialmente. Es significativo que fueron también los individuos con mayor proporción de ancestros africanos los que estuvieron menos representados en los niveles más altos de escolaridad.
Una de las preocupaciones de los investigadores en el curso de estos estudios es el posible error de clasificación del color de la piel, aun cuando se instruye de antemano sobre este particular a los profesionales que van a describirlo, con el propósito de estandarizar su valoración.
Como parte de la investigación, se comparó la clasificación del color de la piel realizada por médicos y por trabajadores sociales para 270 de las personas participantes y se analizaron estadísticamente las discrepancias en la descripción realizada por cada equipo de profesionales. Cuando se evaluaron los resultados, tras agrupar a los analizados sobre la base de dos categorías: individuos blancos e individuos no-blancos, no hubo diferencias significativas entre las clasificaciones realizadas por ambos. Sin embargo, cuando se analizó la descripción realizada por los dos grupos de profesionales en cuanto a la clasificación del color de la piel para individuos negros y mestizos pudo apreciarse —con divergencias estadísticamente significativas—, a través de un test de diferencia de proporciones, cómo los trabajadores sociales tienden a «aclarar» el color de la piel respecto a los médicos.
Este resultado, colateral a los propósitos con los que fue diseñada la investigación, sugiere lo subjetivo de las apreciaciones en cuanto al color de la piel y la ubicación «racial» de los individuos. Su interpretación requiere un análisis más detallado donde se considere, entre las variables, el propio color de la piel de los miembros de ambos equipos de profesionales. No obstante, en la literatura científica existen precedentes de las diferencias que pueden presentarse entre entrevistadores y entrevistados en relación con esta característica fenotípica de marcada heterogeneidad.
Entre 1992-1994 se estudió en los Estados Unidos la influencia del color de la piel del investigador sobre la percepción de esta característica en 4 559 individuos. Los investigadores de piel blanca reportaron los tonos de piel negra de los encuestados de modo más oscuro que los investigadores de piel negra. En cambio, los investigadores de piel negra describieron tonos de piel más claros en individuos blancos, comparados con los investigadores de ese mismo color. El análisis también mostró que los entrevistadores perciben mejor las variaciones de las tonalidades de la piel entre los individuos de su mismo color, que entre los de otro color de piel.9
En los estudios epidemiológicos, la «raza» aparece clasificada, a menudo, sobre la base de características fenotípicas entre las que predomina el color de la piel y en algunos casos se le añade el color y la textura del pelo, y la morfología de labios y nariz. En un estudio realizado a la población brasileña —considerada una de las más heterogéneas del planeta—, se comparó la correspondencia entre la clasificación del color de la piel que realiza el individuo de sí mismo, con la del investigador que lo observa, y se encontraron diferencias significativas en la definición que realizaron ambas partes en el caso de los individuos mestizos.10
Asimismo, al indagar la correspondencia entre color de la piel y cuánto este rasgo predice el origen ancestral de una persona, un análisis más detallado, realizado también en Brasil, demostró que la pigmentación epidérmica es un pobre predictor del ancestro africano específicamente. Resultó interesante el hallazgo de que individuos clasificados como negros según su piel, tenían hasta un 48% de genes ancestrales no-africanos, y personas con solo 45% de genes ancestrales africanos mostraban una tonalidad de piel más próxima al negro que al blanco. En el transcurso de ese estudio, 173 individuos fueron examinados y clasificados según color de la piel por dos observadores independientes y concluyeron que en la población brasileña el color de la piel es un débil criterio para determinar por sí solo la proporción del ancestro africano a nivel individual.11
Al considerar las particularidades propias de la historia y la estructura social de Brasil, los investigadores propusieron un modelo que pudiera explicar la conclusión referida, que hipotetiza sobre cómo pudieron originarse grupos diferentes en cuanto al color de la piel y, a su vez, con similares proporciones de genes ancestrales africanos. Este modelo considera el hecho de que, durante décadas, se produjeron «apareamientos» entre hombres blancos de origen europeo con esclavas africanas negras. Los descendientes de esas uniones con características físicas más parecidas a individuos africanos eran clasificados como negros, mientras que los que tenían fenotipos similares a su progenitor europeo, fueron considerados blancos, aun cuando genéticamente poseían exactamente la misma proporción de genes ancestrales africanos y europeos. En la siguiente generación, aquellos individuos de piel más clara se juntaron, como tendencia general, con parejas blancas, y sus parientes negros seleccionaron parejas de piel similar a la suya. La tendencia, a largo plazo, tras varias generaciones con este patrón de comportamiento, conduce sucesivamente a la creación de un grupo blanco y un grupo negro, en ambos casos con igual proporción de ancestros africanos.
Existen otras evidencias que muestran cómo la ubicación «racial» de las personas en uno u otro grupo, nace de prácticas sociales que modelan profundamente la percepción racial y entrenan para pensar en términos de «raza» de un modo visual. Preguntémonos ¿cómo definen la «raza» aquellos individuos que han sido ciegos toda su vida? Se ha asumido por largo tiempo que la definición de «raza» tiene una menor significación para personas ciegas, dado que no pueden observar los rasgos que a simple vista originan diferencias fenotípicas que se traducen en diferencias «raciales». Se puede demostrar que este supuesto no es cierto.
Las personas ciegas pueden tener una percepción del concepto de «raza» en la que el aspecto visual adquiere proporciones de tanta significación como lo tiene para sus contrapartes videntes. Este hecho fue investigado recientemente a través de un estudio que comparó la definición de «raza» dada por individuos ciegos de nacimiento y por personas videntes. Ambos grupos fueron interrogados acerca de ¿cuál es su definición de «raza»?, ¿cuál es su primer recuerdo de «raza»?; si decidiera casarse con una persona de «raza» distinta a la suya, ¿cómo reaccionaría su familia?; ¿por qué cree que es importante la «raza» para algunos individuos? El estudio mostró que, en opinión de ambos grupos de participantes, las diferencias entre «grupos raciales» están determinadas por características que se aprecian visualmente. Del mismo modo, los resultados de esta investigación reafirman cómo «raza» y pensamiento racial están interiorizados a través de prácticas sociales iterativas que entrenan a las personas para interpretar de cierta manera el mundo que las rodea, y estas prácticas están tan profundamente arraigadas que incluso las personas ciegas, de un modo conceptual, «ven» e interpretan la definición de «raza» sobre la base de «pistas» visuales. Estos elementos sugieren que «raza» es un concepto construido socialmente, con un sistema de estratos no argumentado por diferencias naturales o biológicas.12
¿Cuánto nos parecemos «genéticamente» los cubanos a otras poblaciones de nuestra región geográfica?
Estudios similares al que describimos en estas páginas, han sido conducidos en otros países de nuestra región. En Argentina, por ejemplo, fueron estudiados 94 individuos para explorar la contribución de ancestros europeos, amerindios y africanos a la estructura genética de esa población. Los resultados mostraron que, como promedio, 78% de los genes ancestrales eran de origen europeo, 19,4% de origen amerindio y 2,5% de origen africano.13 En México fueron estudiados 561 habitantes del Distrito Federal, y se encontró que, promedialmente, 65% de sus genes eran de origen nativo-americano, 30% de origen europeo y 5% de origen africano.14 Individuos de Puerto Rico, residentes en los Estados Unidos, mostraron como promedio 53,3% de genes ancestrales europeos, 29,1% africanos y 17,6% amerindios.15Resulta lógica la mayor proporción de genes de origen amerindio en un país como México, o la escasa representación de los de origen africano en Argentina; lo que llama la atención es la cercanía entre este país y Cuba en cuanto al porcentaje de los genes europeos en las respectivas poblaciones estudiadas. De todos modos, la comparación indica que también en esos países existen evidencias genéticas del mestizaje poblacional.

Comentarios finales

Aunque el propósito primario de esta investigación fue determinar factores de riesgo para la demencia basados en variaciones del ADN, sus resultados trascienden ese objetivo y aun la ciencia médica, para proyectarse hacia áreas socioculturales de gran importancia para la identidad cubana, para la lucha contra discriminaciones y exclusiones. Si étnica y culturalmente somos un pueblo mestizo, independientemente del color de la piel, la presencia de genes ancestrales europeos, africanos y nativo-americano-asiáticos en nuestro genoma es una prueba de que biológicamente también lo somos, y quizás lo sea todo el género humano, debido a las incesantes mezclas que se han producido desde tiempos inmemoriales. Esta investigación, aunque todavía no definitiva, participa, desde otro ángulo del asunto, de lo que Nicolás Guillén dijo en su poesía: que en la composición étnica de Cuba, «todos somos un poco nísperos».16

Notas

1. Fenotipo: cualquier característica o rasgo observable de un organismo, como su morfología, desarrollo, propiedades bioquímicas, fisiología y comportamiento. El fenotipo es el resultado de la interacción de los genes y el ambiente, para la característica o rasgo en cuestión. 2. Melanina: Es una sustancia natural, producida por células cutáneas llamadas melanocitos, que le da color (pigmento) al cabello, la piel y al iris del ojo.
3. Véase Francis S. Collins, «What We Do and Don’t Know About «Race», «Ethnicity», Genetics and Health at the Dawn of Genome Era», Nature Genetics Supplement, v. 36. n. 11, Londres, noviembre de 2004, pp. 13-5.
4. Ídem.
5. Charmaine D. M. Royal y Georgia M. Dunston, «Changing the Paradigm from «Race» to Human Genome Variation», Nature Genetics Supplement, ed. cit., pp 5-7.
6. Sarah A Tishkoff y Kenneth K Kidd, «Implications of Biogeography of Human Populations for “Race” and Medicine», Nature Genetics Supplement, ed. cit. pp. 21-7.
7. Una nueva investigación se encuentra actualmente en curso, con una muestra representativa de la población cubana.
8. Se utilizó el programa ADMIXMAP, basado en un algoritmo que modela la mezcla étnica a partir de métodos bayesianos combinados con modelos de regresión logística.
9. Mark E. Hill, «Race of the Interviewer and Perception of Skin Color: Evidence from the Multi-City Study of Urban Inequality», American Sociological Review, v. 67, n. 1, Washington, DC, 2002, pp. 99-108.
10. Sandra C. Fuchs, Cristine Sortica, et al., «Reliability of Race Assessment Based on the Race of the Ascendants: a Cross Sectional Study», BMC Public Health, n. 2, 2002, pp. 1-5.
11. Flavia C. Parra, Roberto Amado, et al., «Color and Genomic Ancestry in Brazilians», Proceedings of the National Academy of Science, v. 100, n. 1, Washington, DC, 2003, pp. 177-82.
12. Osagie K. Obasogie, «Do Blind People See Race? Social, Legal and Theoretical Considerations», Law & Society Review, v. 4, n. 3-4, [ciudad], 2010, pp. 585-616.
13. Michael F. Seldin et al., «Argentine Population Genetic Structure: Large Variance in Amerindian Contribution», American Journal of Physical Anthropology, n. 132, Portland, 2007, pp. 455-62.
14. Verónica L. Martínez-Marignac et al., «Admixture in Mexico City: Implications for Admixture Mapping of Type 2 Diabetes Genetic Risk Factors», American Journal of Human Genetics, n. 120, febrero de 2007, pp. 807-19.
15 Esteban J. Parra, R. A. Kittles y Mark D. Shriver, «Implications of Correlation Between Skin Color and Genetic Ancestry for Biomedical Research», Nature Genetics Supplement, ed. cit., pp. 54-60.
16. Nicolás Guillén, «Prólogo» (a Sóngoro cosongo), Obra poética, t. 1, Letras Cubanas, La Habana, 2002, pp. 91-2.
(Trabajo publicado originalmente en la Revista Temas, de enero-marzo de 2012)
*Dr. Beatriz Marcheco Teruel es especialista en Genética clínica. Centro Nacional de Genética Médica. 

El número de millonarios en España crece un 13%

 Un informe del banco Credit Suisse calcula que 402.000 españoles tienen un patrimonio valorado en más  de un millón de dólares (740.000 euros)
EUROPA PRESS Madrid 09/10/2013 16:54 Actualizado: 09/10/2013 17:41 
La subida de las bolsas europeas explica el aumento del número de millonarios en España.

La subida de las bolsas europeas explica el aumento del número de millonarios en España.EFE

El número de personas en España con un patrimonio valorado en al menos un millón de dólares (740.000 euros) ha experimentado entre mediados de 2012 y la primera mitad de 2013 un crecimiento del 13,2%, hasta un total de 402.000 personas, según refleja un estudio elaborado por Credit Suisse. Este aumento del número de personas se produce en el momento en el que en España se alcanzaba la cifra de seis millones de parados.
En concreto, la cifra de millonarios en España durante el periodo analizado se incrementó en un total de 47.000 personas, lo que supone el octavo mayor aumento en términos absolutos entre las principales economías mundiales, pero el sexto en términos relativos. En este sentido, Credit Suisse apunta que el aumento observado en España y otros países de la eurozona se explica por la fortaleza del tipo de cambio del euro frente al dólar, así como por la subida de las bolsas del Viejo Continente.
No obstante, a pesar de este notable incremento, el número de millonarios en España representa sólo el 1% del total a nivel mundial, lejos del 42% de fortunas residentes en EEUU, que acoge al mayor porcentaje de millonarios.
Entre las principales economías mundiales, la cifra de millonarios en EEUU alcanzó los 13,21 millones (+14,6%), seguido de Francia con 2,21 millones (+14,9%), Alemania con 1,73 millones (+14,6%), Reino Unido con 1,52 millones (+8,2%), Italia con 1,44 millones (+9,5%), China con 1,12 millones (+8,7%), Canadá con 993.000 millonarios (+4,7%),Suecia con 506.000 (+24,6%) y Bélgica con 269.000 millonarios (+16,4%).

Colombia: Desde el 12 de octubre viene nuevo ciclo de protestas y paros del movimiento social agrario

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  • Colombia: Desde el 12 de octubre viene nuevo ciclo de protestas y paros del movimiento social agrario
Se reactiva la protesta popular agraria desde el 12 de octubre ante la intransigencia gubernamental en las Mesas de negociación organizadas para levantar el paro del 19 de agosto pasado. Santos se atornilla en su modelo neoliberal militarista.

Las luchas sociales son como los ríos cársicos, que a  veces dejan la superficie y parecen hundirse en la arena para aparecer algunos kilómetros más abajo, reforzados por otras surgientes y por las aguas subterráneas, y proseguir su camino hacia el mar. Solo en la visión anárquica, los trabajadores, obreros o campesinos pueden estar constantemente movilizados y en la calle.
Esa ha sido la lógica de las movilizaciones populares en varios países de América Latina. En nuestro continente las protestas han transcurrido por varias fases.
El contexto histórico de la protesta social en América Latina se encuentra asociado a cinco etapas: 1. La presencia de los populismos históricos de mediados de siglo XX, que llevaron a la integración de las clases populares al sistema político liberal. Los casos más conocidos fueron el peronismo en Argentina, el varguismo en Brasil, el cardenismo en México y el gaitanismo en Colombia. Otro elemento importante de este período fue el auge de los sindicatos obreros que en nuestro caso significó la creación de la CTC y la UTC.
2. La fase autoritaria de principios de los 70’ que se caracterizó por la dispersión de las demandas sociales y de las agencias políticas en general, desde los históricos partidos políticos hasta las asociaciones gremiales. Lo vivimos con el cuasi autoritario Frente Nacional que se prolongó hasta los años 80 que cerró con el Estatuto de Seguridad y su serie de torturas, desapariciones y masacres.
3. El regreso a la democracia liberal de inicios de los 80’ y en algunos países del continente hasta entrados los 90’. En esta fase ocurrió el regreso a las libertades y aperturas políticas y las demandas sociales, a la lucha democrática, así como por el surgimiento de nuevos movimientos sociales y agrupaciones de resistencia urbanas y rurales.
4. La marea neoliberal de mediados de los 90’ que, junto a otras medidas estructurales como las privatizaciones, el proceso de reducción del Estado y leyes de flexibilización laboral, llevaron por un lado al debilitamiento de los grupos de resistencia y por el otro a la multiplicación de la protesta popular.
5. La actual coyuntura, que podríamos denominar de auge de la protesta social y manifestación de los nuevos movimientos sociales, incluye nuevas luchas ciudadanas como el derecho a la información, el control de los monopolios mediáticos, las demandas medioambientales, las demandas indígenas, las rebeliones campesinas, las movilizaciones urbanas, las luchas femeninas,  demandas de homosexuales, los movimientos mineros y lesbianas, entre otras.
En los años recientes, hicieron eclosión diversas manifestaciones "callejeras" en países como Perú, Ecuador, Bolivia, México y Argentina, Paraguay, Venezuela, para no mencionar el Movimiento de los Sin Tierra en Brasil, Chiapas en México y el movimiento guerrillero en Colombia.
Desde el próximo 12 de octubre se reactiva el movimiento social agrario colombiano con acciones colectivas,  bloqueos y huelgas para exigir del gobierno el cumplimiento de los acuerdos pactados recientemente para levantar los paros realizados desde el 29 de agosto que implicaron una parálisis general del país.
Viene un nuevo ciclo de protesta legítima en todas las regiones. En el Catatumbo, donde hay una crisis de las conversaciones porque los delgados de Santos adelantan un sabotaje deliberado de la Mesa y los militares de la Fuerza Vulcano de Tarea Conjunta se niegan a reconocer la ruta de conformación de la Zona de Reserva Campesina, despareciendo líderes en el Tarra. En Boyacá, Cundinamarca, Nariño y Cauca porque los avances en lo pactado no se materializan en soluciones puntuales a las demandas de los pliegos de peticiones. Similar situación se vive en el sur de Bolívar, en Barrancabermeja, en el bajo Cauca antioqueño, en Putumayo, en Arauca y Meta.
Con el agravante de que los militares han reactivado los grupos paramilitares y ya han asesinado varios líderes en el Huila, Sucre, Cauca, Cucuta, ciudad ésta en la que se ha presentado un masivo desplazamiento de centenares de campesinos desde el corregimiento de Palmarito.
Circunstancia que ha reavivado el malestar general de las masas rurales y urbanas dispuestas a desatar un nuevo "ciclo de protestas"  como una fase que se caracterice por el conflicto intenso y la beligerancia a todo lo largo del sistema social, incluyendo de nuevo una propagación rápida de la acción colectiva, de grupos y sectores más movilizados a menos, con aceleración en la innovación de las formas de beligerancia (bloqueos, paros, huelgas, plantones y disturbios), con marcos de acción colectiva nuevos o transformados (como el pliego de peticiones de la MIA), una combinación de participación organizada y tal vez desorganizada, con una secuencias de interacción entre retadores y autoridades, que muy probablemente puede desembocar en más represión, o en reformas o de pronto en una revolución, quien quita. Es lo que puede sorprender a Santos y su gobierno hundido en la parálisis.
Se trata de un nuevo ciclo de inconformidad y rebeldía que plantea un tramo de conflictos sostenidos, apalancado por los desequilibrios sistemáticos de la sociedad que desata el modelo neoliberal; por la intransigencia de las elites a la hora de admitir reformas como se ha visto en los diálogos de paz en La Habana; por la ocurrencia de acontecimientos inesperados que desencadenan revueltas como el cinismo de Santos al descalificar la rebelión popular; y por la pérdida de legitimidad de las clases dominantes.
Muchos omiten este último aspecto a la hora de sopesar la desesperada situación del señor Santos y  de su proyecto reeleccionista por otros cuatro años más.
Santos vive una profunda crisis de legitimidad, recogida en varias encuestas, que no es más que las carencias de un soporte cognitivo de la estructura socialmente organizada del poder y de comandos particulares de dominación,  que son los que facilitan a largo plazo el funcionamiento operativo del sistema mediante mínimos de fricción, coerción y lucha por el predominio. La pérdida de legitimidad política  que experimenten las estructuras de poder  nos está mostrando el hecho que el discurso de poder, emitido por los actores hegemónicos del sistema político, como el Jefe de la Casa de Nariño y sus partidos, ha perdido su capacidad de ser dicho, es decir, de reproducirse y nutrirse, convirtiéndose en un discurso intrascendente, que es asumido como falso e irracional por la sociedad; dándose la circunstancia que uno de los factores de la socialización humana se queda sin su pertinencia histórica, pues los procesos dentro de los sistemas humanos están regidos por acciones discursivas, enunciativas, simbólicas y expresivas cambiantes.
Es por tal razón que la pregunta que nos estamos haciendo hoy es la siguiente ¿Qué posibilidades hay de que estas manifestaciones expresen identidades de resistencia y, más aún, de que se transformen en identidades de proyecto pasando de ser una comunidad creada en torno a la resistencia a una identidad proyectada, que potencialmente no sólo puede reconstruir su lugar sino que, al hacerlo, puede transformar la sociedad y el Estado neoliberal que profundiza la crisis, mediante un bloqueo absoluto del régimen de dominación que omita la rutina electoral y su red de partidos políticos ?
A favor de una respuesta positiva a esta cuestión está el  nuevo marco de acción de los movimientos agrarios que incorpora un bien elaborado pliego de peticiones reflejo de su elevado nivel de conciencia y organización que es más una estructura en red, horizontal y versátil.
Vamos nuevamente al paro popular campesino este 12 de octubre.