El actor es de los primeros en responder a los ataques de Montoro. "Ojalá tuviéramos unos líderes capaces de arrastrarnos a la acción, pero no hay nadie en quien creer"
El actor y director teatral José María Pou ha sido de los primeros dentro del cine español a las palabras del titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, quien el lunes afirmó que los problemas de la industria cinematográfica están relacionados con la economía, pero también con su calidad. Pou fue contundente: "En un momento tan histórico, con la situación de crisis actual, la pena es haber coincidido con un Gobierno tan mediocre e incapaz". "Yo también tengo derecho a dar mi opinión y los ministros son de muy baja calidad", remachó.
"Yo sí veo lo que hace el Gobierno cada día, y dudo mucho que Montoro haya visto todas las películas del cine español sobre las que se atreve a opinar. Ojalá tuvieramos unos líderes, unos héroes y unas ideas capaces de arrastrarnos a la acción como en los sesenta, pero no hay nadie en quien tener confianza ni creer", añadió.
Durante la rueda de prensa de presentación en el Teatro Cofidis-Alcázar del montaje teatral Los Hijos de Kennedy, Pou lamentó que en la actualidad estemos "faltos de héroes y referentes que logren entusiasmar con su discurso, como sucedía en los sesenta" con nombres como el del presidente estadounidense asesinado el 22 de noviembre de 1963 o Martin Luther King.
Eso sí, Pou aclaró que la función no tiene como objetivo la "crítica de la sociedad actual, sino revisitar una epoca en la que el mundo entero se ilusionó en torno a la figura de Kennedy y con un proyecto político que parecía iba a cambiarlo todo". "Luego que cada espectador se atreva a meditar y comparar con la época actual".
"Estamos falto de héroes y referentes que logren entusiasmar con su discurso"
Los Hijos de Kennedy está protagonizada por Maribel Verdú, Emma Suárez, Ariadna Gil, Fernando Cayo y Alex García. Todos ellos son, en palabras de Pou, "criaturas perdidas de una época" ya pasada y de alguna manera "idealizada", pues "pocas décadas han influido tanto y siguen tan presentes como la de los sesenta" en el aspecto social y cultural.
"La acción transcurre en 1974 y nos la cuentan estos personajes doce años después de la muerte de Kennedy. Ya ha pasado todo y ellos son seres humanos rotos y frustrados, cuya única actividad es sobrevivir con lo mínimo y pasarse las tardes enteras en un bar solos hablando consigo mismos", desvela Pou.
Al igual que los personajes, el propio Pou admite que son muchos los que, como él, siguen "colgados de ese sueño de los sesenta", tal vez porque "se cerró abruptamente una etapa que prometía llevar al mundo a la cima máxima". "Pero de repente todo se paró, quedó cortado, se vinieron abajo muchos héroes e ilusiones, y eso ha dejado una cicatriz", dice.
A pesar de esa cicatriz, para terminar el director quiso aclarar que la obra es "una ceremonia enormemente divertida, con una cantidad de humor increíble", ya que "los personajes lo ven todo con cinismo y están de vuelta de todo".
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