Cuadernos de Coyuntura
La disputa por el sentido de las manifestaciones y la heterogeneidad de sus demandas. La polarización poselectoral y el avance de posiciones de la derecha. Los rasgos históricos de las manifestaciones. La moralización de la política y los desafíos para recuperar una agenda de políticas progresistas.
Las masivas manifestaciones en las principales ciudades de Brasil durante el domingo 16 de agosto evidenciaron la continuidad de una tendencia de los últimos meses: el crecimiento del desencanto de la ciudadanía con respecto a la clase política, que afecta principalmente al gobierno de Dilma Rousseff. Los escándalos de corrupción, especialmente el llamado Petrolão, que involucra a distintos partidos en transacciones entre la empresa estatal Petrobras y grandes constructoras, impulsaron a la ciudadanía hacia nuevas formas de representación política más horizontales, frente al desencanto con los políticos tradicionales. Esta búsqueda ya se había observado durante las manifestaciones desarrolladas en junio de 2013 que alteraron la situación política del país. Los hechos de junio se presentaron, desde un principio, como un movimiento en disputa (como señaló Lincoln Secco) que contenía una cantidad de demandas heterogéneas. Sin embargo, la dificultad del gobierno de traducirlas hacia el sistema político, por ejemplo con la Reforma Política -truncada por la inferioridad de fuerzas en el Congreso- habilitó una redefinición de los sentidos de las manifestaciones hacia la derecha del espectro ideológico.
Seguir leyendo: rebelion.org
No hay comentarios:
Publicar un comentario