- Visitamos Heidenau, una localidad donde se han multiplicado
los ataques de neonazis a refugiados y cuyos vecinos han abucheado a
Merkel al grito de "Preocúpate de tu gente"
- "En
Turquía, en Líbano, en Iraq, las personas nos han dado la bienvenida,
¿porqué no podéis hacerlo vosotros alemanes también?", dice Sami,
después de huir de la guerra de Siria
- "A nosotros no nos regalan nada...", "quién sabe la que van a formar los refugiados aquí en el pueblo...", dicen los vecinos
- "A nosotros no nos regalan nada...", "quién sabe la que van a formar los refugiados aquí en el pueblo...", dicen los vecinos
Fabian Köhler
- Heidenau (Alemania)

Refugiados parados al lado de un vehículo de la policía antes
de una visita de la canciller alemana Angela Merkel al alojamiento de
refugiados en Heidenau, Alemania, 26 de agosto de 2015/ Foto: Arno Burgi
- AP
Es difícil encontrar en Heidenau personas que
demuestren que no todos aquí son así. Que no son como el millar de
neonazis que este fin de semana recibieron a refugiados con cohetes,
botellas de vidrio y piedras. Es muy fácil caer en los clichés del
alemán del este pueblerino y racista. El hombre que está sentado ahí con
la gorra roja y la cerveza en la mano no lo pone nada fácil: dice que
él sí tiene algo en contra de los refugiados porque "no trabajan". Y, a
continuación, sin percibir contradicción alguna en lo que dice, asegura
que "nos quitan el trabajo". Una cosa sí tiene clara: que se va a quedar
ahí sentado mirando "hasta que todos los extranjeros se vayan".
Heidenau es una localidad que se ha hecho tristemente famosa por su violento recibimiento a unos 300 refugiados
enviados a instalarse en una nave industrial, sin la más mínima
intimidad o comodidad, en camas plegables, con baños y duchas
compartidos. La localidad se encuentra a un cuarto de hora en autopista
desde Dresde. Para situarse, esta última ciudad es famosa en Alemania
por ser la capital del grupo anti-inmigración cuyos miembros se
autodenominan "patriotas europeos", el movimiento Pegida.
Seguir leyendo: eldiario.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario