Cuando se cumplen 4 años de los disturbios que azotaron al Reino Unido en agosto de 2011, las heridas siguen abiertas a pesar de que se han intentado borrar las cicatrices.
Fue el 6 de agosto de 2011 cuando la violencia desproporcionada y saqueos tomaron por sorpresa a Londres, la capital británica. El detonante: la muerte, en circunstancias dudosas, de Mark Duggan, un joven asesinado en custodia policial. Cuatro años después la familia aún pide justicia.
En Tottenham, el barrio londinense en donde todo comenzó, ya no existe evidencia de los daños de infraestructura causados por los disturbios, pero persisten los problemas de fondo: desigualdad social, alto desempleo, pobreza y falta de vivienda digna, entre otros.

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