La vida de un niño en Palestina, que en cirscuntancias normales estaría ocupada por libros de textos, fútbol y juegos con los amigos, se encuentra interrumpida por la dura realidad de la ocupación: soldados, puestos de control, muros, discriminación y racismo.
Atta Sabah, hoy obligado a vivir en una silla de ruedas, cuenta su historia.
Es imposible determinar cuando termina la infancia para un niño palestino bajo ocupación. Muchos tratan de mantener una vida normal bajo esas circunstancias con la esperanza de disfrutar de la inocencia de la juventud sin verla destruida por el regimén de opresión a su alrededor.
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