Cáritas constata que la pobreza severa afecta ya a tres millones de españoles, el doble de los que estaban en esta situación antes de la crisis
El VIII Informe de la Realidad Social (ORS) de Cáritas, presentado este jueves, constata un creciente empobrecimiento de la sociedad y el aumento del riesgo de fractura social: más allá de la crisis, este deterioro está consolidando una nueva estructura social donde crece la escasez y la vulnerabilidad.
Cáritas constata que el modelo económico español se caracteriza por el comportamiento “contracíclico” de la desigualdad en la renta, que aumenta en etapas de recesión, pero que no reduce las diferencias cuando se registra expansión económica. Además, en los últimos años se ha producido un descenso de la renta media, lo que supone un proceso de empobrecimiento de nuestra sociedad, que afecta especialmente a las personas y familias más vulnerables, según el informe.
La pobreza severa (con menos de 307 euros al mes) alcanza ya a tres millones de personas, el doble de los que estaban en esta situación antes de la crisis. Por otro lado, se incrementa el número de parados de larga duración, especialmente el grupo de mayores de 50 años: una de cada tres personas atendidas en Cáritas lleva más de tres años demandando ayuda. Esta situación afecta también a las relaciones sociales y al horizonte vital de las personas.
La pobreza infantil, que afecta a un 26,7% de la población de menos de 16 años en el año 2011, ha aumentado 3,1 puntos de 2007 a 2011: es el triple del incremento registrado en la UE.
En la rueda de prensa de presentación del informe, el secretario general de Cáritas España, Sebastián Mora, ha denunciado "una situación de abandono, injusticia y desposesión de los derechos más básicos de las personas", al tiempo que ha pedido "no permanecer indiferente ante el dolor ajeno". "La pobreza es generalizada en España pero tiene foco y se nutre de los más vulnerables", ha apostillado.
Además, ha alertado de que "se está produciendo un debilitamiento de los lazos familiares", ya ha afirmado que "las redes de protección, entre las que se encuentra la familia y la Administración Pública, se han ido debilitando a lo largo de estos años".
De acuerdo con los datos aportados, se incrementa la desigualdad en España, con el valor más elevado de toda Europa: el 20% de la población más rica concentra 7,5 más riqueza que el 20% más pobre. Está tendencia, según Cáritas, corre el riesgo de verse incrementada por el elevado nivel de desempleo; la pérdida de capacidad adquisitiva de la población (descenso de la renta media desde 2007 en torno a un 4% y aumento de los precios en torno al 10%); y el debilitamiento de las políticas sociales y el recorte progresivo de derechos.
Por todo ello, Cáritas advierte de que existen necesidades básicas (alimentación, gastos relativos a la vivienda, ropa y calzado…) que no están cubiertas desde nuestro modelo de bienestar. Así, aquellas personas cuya situación les impide cubrir por sus propios medios estas necesidades, se ven obligadas a acudir a la familia o a entidades sociales de carácter privado en busca de ayuda. En este sentido, hay riesgo de desbordamiento de la función protectora de la red familiar, que sigue siendo la primera estrategia de supervivencia para hacer frente al impacto de la crisis. Por tanto, afirma Cáritas, la desprotección social de las personas y familias más vulnerables está agravada al restringirse las condiciones de acceso a derechos como la sanidad, la educación, los servicios sociales y la dependencia.
Cáritas alerta de que los cambios en las políticas sociales tienen consecuencias negativas directas sobre las personas más vulnerables, como el cambio en el sistema de prestaciones sanitarias y grado de cobertura, la modificación de los requerimientos administrativos para el acceso a las prestaciones, o la difícil adaptación de los servicios sociales a las nuevas realidades que ofrece la coyuntura de crisis. Aunque los primeros efectos de la crisis económica se amortiguaron por las prestaciones por desempleo y el apoyo de las familias, Cáritas sostiene que el agotamiento de las ayudas económicas, la prolongación de las situaciones de desempleo, las políticas de ajuste y sus recortes, unido a las dificultades en las familias, han creado un caldo de cultivo para la irrupción de una segunda oleada de empobrecimiento y exclusión social con efectos más intensos.
Desde que se inició la crisis, Cáritas ha triplicado tanto el número de personas atendidas, hasta alcanzar la cifra de 1.300.914 personas en el año 2012, como el volumen de recursos destinados a ayudas económicas directas a las familias, que fueron de 44 millones de euros el año pasado.
Respecto al perfil de las personas acompañadas en Cáritas, las mujeres siguen siendo el rostro más visible de las situaciones de pobreza y exclusión. Se registra, además, un elevado número de desempleados, que han pasado de ser “recientes” –al inicio de la crisis– a ser de larga duración en este momento de consolidación de la estructura, así como los casos de parejas jóvenes (de entre 20 y 40 años de edad) con hijos, la mujeres solas con familiares a su cargo, las personas donde la intensidad laboral del hogar es muy baja y los ciudadanos extracomunitarios.
En el acto de presentación de este informe, se ha presentado también la Memoria 2012 de Cáritas Española, en la que se destaca un incremento cercano al 10% en el número de voluntarios –más de 70.000– y de las donaciones privadas. En este sentido, el documento añade que los recursos invertidos por la organización han superado los 276 millones de euros, lo que supone un aumento de 25,5 millones de euros (10,2%) con relación a 2011. Por otro lado, el número de personas acompañadas por la ONG se acercan a los cinco millones, de los que 1,9 millones están en España y el resto, en proyectos de cooperación internacional.
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