Estados Unidos minimiza la cantidad de muertes de civiles
como consecuencia de los ataques de aviones no tripulados e impide la
investigación por no revelar sus propios datos, subraya un informe elaborado
por un investigador de la ONU.
El relator especial de la ONU para los derechos humanos y la
lucha contra el terrorismo, Ben Emmerson, afirmó en el borrador no definitivo de su informe que EE.UU.
"ha creado un obstáculo casi insuperable a la transparencia" en la
investigación de las muertes.
"El relator especial no acepta que la excusa de la seguridad nacional justifique el ocultamiento de datos estadísticos y metodológicos de este tipo", escribió Emmerson en el documento, que será presentado a la Asamblea General el próximo viernes.
"El relator especial no acepta que la excusa de la seguridad nacional justifique el ocultamiento de datos estadísticos y metodológicos de este tipo", escribió Emmerson en el documento, que será presentado a la Asamblea General el próximo viernes.
El relator especial no acepta que la excusa de la seguridad
nacional justifique el ocultamiento de datos estadísticos y metodológicos de
este tipo.
Emmerson reveló los datos proporcionados por el Gobierno
pakistaní sobre los ataques de drones en las áreas tribales del país,
donde EE.UU. ha localizado y atacado a integrantes y colaboradores de Al Qaeda
desde 2004.
Los funcionarios confirmaron que de las 2.200 muertes totales infligidas por ataques de aviones no tripulados, al menos 400 fueron muertes civiles y otras 200, posibles muertes de civiles.
Emmerson subrayó que es muy probable que las cifras reales sean mayores, dada la falta de control gubernamental sobre la zona y las costumbres tribales de enterrar a los fallecidos el mismo día de la muerte.
El funcionario cita datos de la Fuerza Aérea de EE.UU., según los cuales la cantidad de ataques de drones en Afganistán aumentó de 294 en 2011 a 447 en los primeros 11 meses de 2012.
Por su parte, la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA) sitúa en 15 las muertes civiles causadas por ataques de drones en 2012.
Muertes de civiles atribuidas a drones estadounidenses también se produjeron en otros países, incluido Yemen, donde la estadística oscila entre 21 y 58, relató Emmerson.
El funcionario mencionó un estudio por Larry Lewis, un investigador del Centro de Análisis Naval, quien se centró en operaciones aéreas en Afganistán realizadas entre medianos de 2010 y medianos de 2011.
Disponiendo de datos clasificados militares, Lewis descubrió que los ataques de drones fueron 10 veces más mortales para los civiles afganos que los realizados por cazas tripulados.
Los funcionarios confirmaron que de las 2.200 muertes totales infligidas por ataques de aviones no tripulados, al menos 400 fueron muertes civiles y otras 200, posibles muertes de civiles.
Emmerson subrayó que es muy probable que las cifras reales sean mayores, dada la falta de control gubernamental sobre la zona y las costumbres tribales de enterrar a los fallecidos el mismo día de la muerte.
El funcionario cita datos de la Fuerza Aérea de EE.UU., según los cuales la cantidad de ataques de drones en Afganistán aumentó de 294 en 2011 a 447 en los primeros 11 meses de 2012.
Por su parte, la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA) sitúa en 15 las muertes civiles causadas por ataques de drones en 2012.
Muertes de civiles atribuidas a drones estadounidenses también se produjeron en otros países, incluido Yemen, donde la estadística oscila entre 21 y 58, relató Emmerson.
El funcionario mencionó un estudio por Larry Lewis, un investigador del Centro de Análisis Naval, quien se centró en operaciones aéreas en Afganistán realizadas entre medianos de 2010 y medianos de 2011.
Disponiendo de datos clasificados militares, Lewis descubrió que los ataques de drones fueron 10 veces más mortales para los civiles afganos que los realizados por cazas tripulados.
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