La verdad de la situación económica, laboral y social de España no se conoce por lo que sucede en el hemiciclo del Congreso o se publica en la prensa oficial, sino por lo que se comenta en voz baja en los pasillos de la Carrera de San Jerónimo. Allí se ha sabido este miércoles por qué el ministro de Educación, José Ignacio Wert, no ha sido cesado por Mariano Rajoypese a sus constantes “meteduras de pata”. Y han sido los socialistas los que aseguran haber descubierto el “pastel”: por medio de su ex-compañero de filas, ex-ministro y catedrático, Josep Borrell, han sabido que los catedráticos en España “solo trabajan 4 horas”. ¿Al día?. “No, a la semana”. Borrell ha pedido la jubilación anticipada en la Universidad Complutense, pero el resto de sus compañeros catedráticos guardan silencio para no perder sus privilegios y con ello sostener al actual régimen. Muy pocos se atreven a denunciar y ahora se recuerda la valentía del catedrático murciano Alejandro Nieto, ex-director del CSIC, que fue el primero en alertar de la existencia de un “pacto de Estado para fomentar la corrupción y financiar a los partidos políticos”.
Ningún catedrático baja en España de los 60.000 euros anuales, unos 5000 euros al mes gracias a trienios, complementos, pluses, etc… Y, en efecto, solo imparten clase 4 horas a la semana. El resto del tiempo, afirman estar en su casa “investigando”, aunque se han descubierto numerosos casos de catedráticos que en realidad desempeñan otros trabajos privados, incluso en la política. Esa situación privilegiada es la que les lleva a guardar silencio ante todos los ministros del ramo que prorrogan sus bicocas laborales, lo que ha llevado a considerar su estatus como “el de menor nivel de estrés” en todo el mundo, según el estudio de la periodistaPatricia Ruiz Ruescas.
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