El gobierno británico endurece aún más las normas para los inmigrantes que se hallan ilegalmente en el Reino Unido.
La última medida del equipo de David Cameron obligará a los caseros a expulsar de sus viviendas a los sin papeles que hayan visto rechazada la petición de derecho de asilo en el Reino Unido.
Los propietarios deberán además verificar que, antes de alquilar una vivienda, si sus posibles arrendatarios tienen los papeles en regla para residir en el país. Los caseros que incumplan repetidamente la legislación pueden acabar en la cárcel hasta un máximo de cinco años, reporta la cadena SER.
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