El hermano del expresidente deberá comparecer por presuntos nexos con paramilitares y homicidio.
Santiago,
hermano del expresidente Álvaro Uribe Vélez, deberá acudir a la
Fiscalía General de la Nación este 17 de octubre para responder por la
presunta creación de grupos paramilitares en el departamento de
Antioquia. Es la primera vez que un familiar tan cercano del ex-jefe del
Estado deberá responder ante un fiscal de la Unidad de Derechos Humanos
en condición de indagatoria.
La información fue confirmada por el expresidente Uribe en su cuenta de
Twitter, en la que escribió: “Citan a indagatoria a mi hermano después
que abogado de Petro dijo que Fiscalías no procedía por mis
influencias”.
El caso por el que es llamado Santiago Uribe tiene que ver con un hecho
sucedido hace casi 20 años en Yarumal, Antioquia, que se conoce como
los ‘12 apóstoles’.
Aunque estuvo en boca de los pobladores de la región durante casi una
década y luego fue tomado por algunos jueces, tuvo una trascendencia
nacional hace cinco años, cuando el mayor retirado de la policía Juan
Carlos Meneses aseguró que Uribe había protagonizado la conformación de
ese grupo paramilitar.
También se supo este miércoles que el fiscal 16 de Derechos Humanos no
sólo llamó a Uribe a indagatoria, sino a Meneses, por los mismos hechos.
Pero además el fiscal los llamó para que respondan por el presunto
delito de homicidio agravado. Según las fuentes de la Fiscalía, el caso
está relacionado con el asesinato de Camilo Barrientos Durán, el 25 de
febrero de 1994, entre Yarumal y Campamento (Antioquia).
¿Cómo es la historia?
En su momento el testimonio del mayor Juan Carlos Meneses tuvo un
fuerte impacto. En primer lugar, porque Meneses apareció dando la cara
en televisión, en
Noticias Uno, y en diarios prestigiosos como
The Washington Post.
En segundo lugar, porque dio la declaración ante el premio Nobel de Paz
argentino Adolfo Pérez Esquivel. Y en tercer lugar, porque es la
primera vez que uno de los protagonistas directos de los hechos
ocurridos salpicaba a Santiago Uribe.
En la grabación, el exoficial afirma que en 1994, cuando llegó a
Yarumal, su antecesor en el cargo, el coronel Pedro Manuel Benavides, lo
invitó a encubrir las operaciones de los '12 apóstoles’. “Él me dice:
‘Usted tiene que colaborarles, el grupo tiene un jefe que se llama
Santiago Uribe Vélez’”. Meneses afirmó que les ayudó y que le pagaron
por eso. “Santiago me dice: ‘Yo quiero que usted me colabore, yo
mensualmente le doy una plática’”. En el testimonio, que dura cerca de
90 minutos, entre otros detalles, Meneses también mencionó que los '12
apóstoles’ tenían como sede de entrenamiento la hacienda La Carolina, de
propiedad de los Uribe Vélez.
En ese instante y ante semejante impacto, el presidente Uribe, quien en
ese momento gobernaba al país, primero trató de restarle importancia
diciendo que no leía prensa internacional, y después soltó una dura
acusación: “Los criminales tienen la capacidad de convertir en idiota
útil a un premio Nobel de la Paz (...) y de penetrar un periódico serio
como
The Washington Post”.
Sin embargo, en el ambiente quedó un mal sabor. Entre otras cosas,
porque Santiago Uribe ya había sido investigado en dos ocasiones por ese
caso y la Fiscalía había dictado sendas resoluciones inhibitorias en
mayo de 1996 -cuando su hermano Álvaro era gobernador de Antioquia- y en
febrero del 2000 -cuando el que luego sería presidente estudiaba fuera
del país-.
En su momento la revista SEMANA intentó una reconstrucción de lo
sucedido en la montañosa región lechera de Yarumal. Se buscó en los
archivos del municipio y en expedientes abiertos tras una cincuentena de
crímenes ocurridos entre 1992 y 1994. La violencia en este pueblo, a
130 kilómetros al norte de Medellín, tuvo su episodio más crítico a
comienzos de los años 90.
Uno de los primeros documentos que dan cuenta de la existencia de
paramilitares es un panfleto repartido por el pueblo el sábado 15 de
febrero de 1992. En él se anuncia la conformación de las ‘Autodefensas
del Norte Lechero’ para declarar la guerra a la guerrilla.
Los desmanes empezaron a darse a finales de 1992. Por esos días, el
alcalde, la personera, el párroco, el inspector y miembros de la Cruz
Roja y la Defensa Civil escribieron una carta al comandante de la IV
Brigada para pedirle cambiar a los miembros del Ejército de Yarumal, a
quienes denuncian de haber desaparecido al menos a cinco personas.
Pero fue en el segundo semestre de 1993 cuando se dieron las primeras
referencias del grupo de los '12 apóstoles'. Un testigo, que iba a
ingresar al grupo, cuenta que este trabajaba con la fuerza pública
gracias al contacto de una persona “del gremio eclesiástico”. Todo está
documentado en un informe de la Personería de la época, según el cual, a
partir de julio se incrementaron los crímenes de personas con
antecedentes delictivos. En cuatro meses se dieron 29 asesinatos. Es
llamativo, para efectos de la credibilidad del testimonio de Meneses,
que para esa época el oficial no había aún llegado a Yarumal.
Uno de los casos que se registraron con mayor detalle fue el de la
familia Varela, pues a uno de sus miembros, Vicente, lo asesinaron luego
de ser señalado de extorsionar a finqueros. Antes de su asesinato
allanaron su residencia y la de una hermana y en un episodio no
esclarecido una de estas construcciones fue baleada. Cabe anotar que por
esa misma época -11 de junio de 1993-, el entonces procurador general,
Carlos Gustavo Arrieta, promulgó una circular en la que advertía que se
estaba repitiendo una práctica irregular en unidades de Policía del país
de hacer operativos “en vehículos sin placas”, “usando capuchas para
cubrir sus rostros” y haciendo allanamientos sin orden judicial. A
comienzos de 1994 la Personería recibió fuertes amenazas por sus
investigaciones.
En septiembre de ese año la Fiscalía dictó orden de captura contra
nueve personas, pero sólo se hizo efectiva contra tres reconocidos
comerciantes de Yarumal. En 1995 se ordenó la detención del sacerdote
Gonzalo Javier Palacio, quien había sido párroco del pueblo. Pero a
finales de ese mismo año todos quedaron en libertad.
Hasta ese momento, el nombre de Santiago Uribe no aparecía en el
expediente. De hecho, en la primera investigación de la Fiscalía
regional de Medellín sólo se habla de la participación de comerciantes
del casco urbano de Yarumal. En ese documento, de febrero de 1995, que
resuelve la situación jurídica de los implicados, cerca de 20 testigos,
incluidos varios con reserva de identidad, señalan como miembros del
grupo ilegal a personajes prestantes del pueblo, como el párroco, dueños
de restaurantes y otros negociantes reconocidos, pero ninguno menciona
al hermano del presidente, ni tampoco hace referencia alguna a la finca
La Carolina de propiedad de los Uribe Vélez.
Más adelante, en junio y agosto de 1996, cuando Álvaro Uribe ya era
gobernador de Antioquia, aparecieron dos testimonios con reserva de
identidad que salpican a Santiago Uribe. No profundizan mucho en
detalles de sus funciones, sólo dicen que manejaba un radio desde su
finca a través del cual le informaban lo que ocurría en la zona y lo que
hacían algunos miembros del grupo.
Uno de los testigos afirma que Santiago era el jefe del grupo y que
Vicente Varela habría sido asesinado en la finca La Carolina. En su
momento,
The Washington Post informó que Santiago Uribe confirmó que “un hombre fue asesinado en su hacienda bajo circunstancias extrañas”.
A raíz de este llamado de la Fiscalía los abogados de Uribe han dicho
que el ganadero comparecerá, "con el convencimiento y la esperanza de
que después de la indagatoria será exonerado y se resolverá su situación
porque su conducta ha estado ajustada a la ley"
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