La
construcción de la agroecología como otro modelo de producción es una
tarea que ha sido asumida por los movimientos campesinos en América
Latina. Recientemente, el Movimiento de Pequeños Agricultores (MPA,
Brasil) inició un trabajo de producción y rescate de semillas criollas a
partir de técnicas agroecológicas en la unidad de producción del
Instituto Agroecológico Latinoamericano IALA Guaraní, localizado en el
asentamiento Santa Catalina (departamento de Curuguaty) y en comunidades
campesinas de la región, en cooperación con la Coordinadora Nacional de
Organizaciones de Mujeres Trabajadoras Rurales e Indígenas (Conamuri).
Para Emelson Dos Santos, militante del
MPA, la experiencia reafirma la necesidad de fortalecer los lazos entre
los pueblos del campo de toda América Latina; “estamos enfrentando un
enemigo muy fuerte, como lo son las transnacionales de los agrotóxicos,
los híbridos que destruyeron experiencias brillantes de los pueblos
campesinos. Para contrarrestar ese modelo, también necesitamos
fortalecer nuestras tecnologías de producción y nuestra unidad, para lo
cual es fundamental la agroecología”, afirmó el militante brasileño.
Además de la unidad de producción del IALA, familias campesinas del asentamiento Primavera Real también están formando parte del proyecto, sobre todo para la recuperación de las semillas criollas. “En este asentamiento estamos comenzando la producción de una casa de semillas, así vamos a poder almacenar y distribuir cantidades significativas de semillas para la comunidad, además de eso, también iniciamos una plantación comunitaria”, relató Emelson.
El rescate de semillas criollas se contrapone a la condición mercantilista que el capital desarrolla a partir del agronegocio en el campo; los campesinos y las campesinas son los guardianes de esa biodiversidad que es fundamental para la soberanía alimentaria de los pueblos. Cuantas más semillas criollas en manos de los pueblos, más alimentos y menos hambre.
Fuente: Comunicación MPA
Además de la unidad de producción del IALA, familias campesinas del asentamiento Primavera Real también están formando parte del proyecto, sobre todo para la recuperación de las semillas criollas. “En este asentamiento estamos comenzando la producción de una casa de semillas, así vamos a poder almacenar y distribuir cantidades significativas de semillas para la comunidad, además de eso, también iniciamos una plantación comunitaria”, relató Emelson.
El rescate de semillas criollas se contrapone a la condición mercantilista que el capital desarrolla a partir del agronegocio en el campo; los campesinos y las campesinas son los guardianes de esa biodiversidad que es fundamental para la soberanía alimentaria de los pueblos. Cuantas más semillas criollas en manos de los pueblos, más alimentos y menos hambre.
Fuente: Comunicación MPA
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