Pese a su retórica contra los
"asociales" y "parásitos gitanos", no pocos votantes de
origen romaní apoyaron Marian Kotleba por sus promesas de creación de empleo
La victoria electoral de un neonazi en
una importante región de Eslovaquia ha causado un terremoto político en este
país centroeuropeo, al poner en entredicho su capacidad para integrar a los
colectivos marginados y revelar la frustración ciudadana con los partidos
tradicionales.
En la segunda vuelta de los comicios regionales, celebrada el 23 de
noviembre, el líder del extremista "Partido Popular Nuestra
Eslovaquia" (LSNS), Marian Kotleba, obtuvo el 55,7 % de los votos y será
el nuevo gobernador de Banska Bystrica, la región más grande del país y
habitada por 650.000 personas.
Kotleba, un antiguo profesor de instituto de 36 años de edad, fue el líder
del ilegalizado partido neonazi "Slovenská Pospolitost" (Comunidad
Eslovaca) y solía aparecer en público vestido con uniformes similares a los
usados por los nazis.
Fue detenido varias veces por incitación al odio y racismo, y su nuevo
partido sigue agitando contra los gitanos en Eslovaquia, a los que suele llamar
"parásitos".
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