Cinco personas fueron asesinadas luego de ser torturadas en la Ciudad de México (capital), urbe donde no es común este tipo de crímenes por el número de víctimas y la barbarie de sus ejecutores. Desde todos los frentes sociales se exige justicia.
Entre los muertos está un fotógrafo de prensa, Rubén Espinosa Beril, quien tuvo que salir de Veracruz (este), donde sentía que su vida estaba en peligro debido a su trabajo periodístico. Esto fue lo que dijo su hermana en uno de los varios mítines en la capital mexicana para condenar el asesinato múltiple.
Hay serios llamados a la autoridad para resolver este caso, ya que México padece un grave problema con la impunidad. Según datos de las propias autoridades mexicanas, solo uno de cada diez crímenes son resueltos y terminan con el culpable en la cárcel.
El periodista asesinado aseguró en una entrevista hace menos de un mes, que había recibido amenazas por sus fotografías en donde retrataba la violencia, desigualdad e injusticias en Veracruz, un estado que se ha convertido en el más inseguro para los periodistas.
La Procuraduría capitalina ya tiene a un hombre que confesó haber participado en el homicidio múltiple. Aún no se sabe el móvil de los tres asesinos, ni porque usaron tanta violencia contra sus víctimas.
Veracruz es el estado más violento para ejercer el periodismo, en un país que es considerado como uno de los más violentos en esta materia.
Defensores de derechos humanos y senadores demandan la investigación y castigo de los culpables para que se deje en claro que México no es un paraíso de la impunidad.
Arturo Calvillo, Ciudad de México.
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