DAVID BROOKS / LA JORNADA – Dejen de vigilarnos fue la consigna de miles de estadunidenses que se manifestaron el sábado en Washington, así como el mensaje de los últimos días desde Alemania, Brasil, Francia y México. El gobierno secreto está bajo la mirada de todos y ante ello se revelan los peligros de esa parte del poder que opera en las sombras.
Desde que Edward Snowden se atrevió a divulgar y comprobar la existencia de un aparato masivo de espionaje estadunidense sobre los pueblos y gobernantes del mundo, a través de la ejemplar valentía de los periodistas Glenn Greenwald y Laura Poitras (entre otros) y del diario The Guardian (y después, unos cuantos medios más), parte del disfraz democrático de Wa-shington se ha deshilado y deja ver detrás de la máscara.
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