A orillas del mar tropical, lejos del bullicio de La Habana, más de 13.000 jóvenes pobres de más de un centenar de países estudian medicina en una escuela que parece una Torre de Babel.
“Estudiar medicina era uno de lo sueños que tenía y para una familia humilde como la mía era imposible hacerlo”, dice a la AFP la hondureña Merady Gómez, alumna de segundo año de la Escuela Internacional de Medicina (ELAM), situada en Santa Fe, 25 km al oeste de La Habana.
“Aquí estoy realizando ese sueño y tengo muchas expectativas de poder ayudar a mi país. Esta escuela es una bendición”, añade Gómez, de 18 años.
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