Por Matthew XUEREB (AFP)
La Valeta — Los supervivientes del naufragio ocurrido el viernes al sur de Malta, que dejó 36 muertos, son en su mayoría sirios que huían de la guerra civil y contaron a varias ONG y medios de comunicación que fueron blanco de disparos cuando zarparon de la costa de Libia.
La embarcación, que transportaba a varios centenares de inmigrantes, sobre todo sirios pero también a unos 30 palestinos, salió el jueves de Zuara (Libia), una localidad ubicada a 60 km de la frontera con Túnez, según los testimonios de los 206 sobrevivientes (de los 270 a 400 pasajeros).
Ashur, un sirio que perdió en el naufragio a su mujer embarazada de gemelos y a su hijo de dos años, dijo a la AFP que quería huir de "una situación horrible" para asegurar "un futuro a su familia". Ahora, sólo le queda su hija, a la que tenía en sus brazos cuando el barco se fue a pique.
Los sobrevivientes de la tragedia del viernes -acogidos en Malta y Lampedusa- relataron a los medios las caóticas circunstancias de su salida de Libia y explicaron que su embarcación fue blanco de disparos, lo que habría afectado al navío.
Un policía maltés lleva en brazos a un niño rescatado por las fuerzas armadas el 12 de octubre de 2013 en La Valeta (AFP, Matthew Mirabelli)
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Molhake Al Roarsan, un joven sirio de 22 años, entrevistado en La Valeta por el diario La Stampa, aseguró que "tres jóvenes fueron heridos, dos en los brazos, uno en las piernas". Según este sirio, el ataque podría estar relacionado con un conflicto entre grupos de traficantes.
"Hubo una fuerte discusión, gritos por la radio y por teléfono con alguien que exigía que regresáramos a tierra, pero el capitán no se detuvo", contó.
La oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), que cita a refugiados, dio cuenta de "varios heridos" y consideró que los disparos provenían "quizá de milicianos".
Según el diario Repubblica, los disparos provenían de una lancha libia "que probablemente formaba parte de otra banda criminal".
Otros medios locales citan testimonios que hablan de "dos muertos por disparos". "Disparaban en todas las direcciones, a bordo era el caos y la gente intentaban protegerse unos a otros", relató un refugiado.
Los inmigrantes que salieron directamente de Zuara afirman haber pagado 1.000 dólares a los traficantes, mientras que para los que venían de Egipto, la tarifa era de 3.000 a 4.000 dólares.
El capitán de este barco clandestino, un tunecino identificado por los sobrevivientes, fue detenido por las autoridades maltesas que abrieron también una investigación sobre el presunto ataque, según los medios.
El ministro italiano de Defensa, Mario Mauro, hizo un llamado a la Unión Europea a que adopte decisiones concretas durante la cumbre que tendrá lugar el 24 y 25 de octubre, "para garantizar la estabilidad política de los países africanos y hacer frente a los flujos migratorios".
Europa "debe escoger su destino: ¿ Va cerrar los ojos frente a un cambio histórico de los flujos migratorios o va a actuar con nuevas medidas jurídicas y políticas?", preguntó y añadió que lo que pasa "en Siria hará que millones de personas sigan huyendo durante décadas".
Este drama se produce tras el naufragio de otro barco frente a las costas de Lampedusa el 3 de octubre. En la embarcación viajaban más de 500 refugiados, en su mayoría eritreos, y sólo sobrevivieron 155. Hasta el momento, se encontraron 359 cadáveres, lo que la convierte en la peor tragedia migratoria ocurrida en Italia desde hace más de 10 años.
Según organizaciones no gubernamentales, alrededor de 20.000 inmigrantes y refugiados han perdido la vida intentando atravesar el Mediterráneo en los últimos 20 años.
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