Reconocen la lucha de Immokalee por mejorar las condiciones de vida en campos de Florida |
A la Coalición de Trabajadores de Immokalee le fue otorgado el prestigioso Premio de las Cuatro Libertades Franklin D. Roosevelt –honor que han recibido Martin Luther King, Jimmy Carter, Bill Clinton y Nelson Mandela, entre otros– en reconocimiento al trabajo de la organización de jornaleros agrícolas inmigrantes en mejorar las condiciones de vida y trabajo en los campos de Florida.
Los premios, ofrecidos cada dos años desde 1963, reconocen a aquellos que son ejemplo de la visión de la democracia expresada por el presidente Roosevelt en un discurso sobre lo que llamó las cuatro libertades, las cuales fueron incorporadas a la Declaración Universal de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas.
Gerardo Reyes y Nely Rodríguez, de la Coalición de Trabajadores de Immokalee (CIW), recibieron el premio en una ceremonia de gala presidida por Anna Roosevelt, nieta de Franklin y Eleanor, después de narrarse la extraordinaria lucha de 20 años que ha transformado la vida de miles de jornaleros (incluso liberando a más de mil 200 de condiciones de esclavitud) y ante una larga ovación.
Rodríguez dijo que lo de la CIW es un trabajo de rescatar la humanidad de los trabajadores agrícolas, que el fruto de ello es una nueva luz de esperanza donde en particular “las mujeres ya no tenemos que dejar la dignidad en los surcos… hoy tenemos una voz para acabar con los abusos”.
Reyes afirmó: habíamos escuchado por ahí que todos los humanos son creados como iguales y ahora por primera vez tenemos un lugar en la mesa, y añadió que la lucha tiene el objetivo en Estados Unidos de crear un sistema alimenticio que respete los derechos humanos.
Los otros condecorados hoy en la ceremonia fueron el economista premio Nobel Paul Krugman, quien calificó al trabajo de CIW de heroico, el poeta y granjero ambientalista Wendell Berry, Ameena Matthews por su trabajo contra la violencia en las calles de Chicago, y la hermana Simone Campbell por promover la justicia social en el debate sobre la reforma de salud.
Pero, como acostumbra, la presencia de la CIW –organización creada por jornaleros inmigrantes en los grandes campos de jitomate del sur de Florida– en Nueva York no fue solamente para recibir una medalla, sino para continuar su incesante Campaña para el Alimento Justo que se realiza a escala nacional.
El objetivo ahora es la cadena de comida rápida Wendy’s, la última de las cadenas nacionales más grandes que no ha firmado un acuerdo con la organización por la cual acepta pagar un centavo más por libra de jitomates que se traduce en un incremento sustancial de los salarios de los jornaleros, y también reconocer normas básicas para las condiciones laborales en los campos de Florida.
Esto no es trabajo. Es la oportunidad de uno de ofrecer a los demás, comentó Rodríguez, originaria de Tamaulipas, en entrevista frente a una acción de protesta de la CIW el día anterior a la ceremonia contra una de las franquicias de Wendy’s sobre la calle 14 en Manhattan. Agregó: “yo antes casi no hablaba, era muy tímida, pero las mujeres podemos hacer algo aunque no hayamos ido a la escuela… lo más importante es aprender a ser útil a los demás, eso da alegría”.
Los premios, ofrecidos cada dos años desde 1963, reconocen a aquellos que son ejemplo de la visión de la democracia expresada por el presidente Roosevelt en un discurso sobre lo que llamó las cuatro libertades, las cuales fueron incorporadas a la Declaración Universal de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas.
Gerardo Reyes y Nely Rodríguez, de la Coalición de Trabajadores de Immokalee (CIW), recibieron el premio en una ceremonia de gala presidida por Anna Roosevelt, nieta de Franklin y Eleanor, después de narrarse la extraordinaria lucha de 20 años que ha transformado la vida de miles de jornaleros (incluso liberando a más de mil 200 de condiciones de esclavitud) y ante una larga ovación.
Rodríguez dijo que lo de la CIW es un trabajo de rescatar la humanidad de los trabajadores agrícolas, que el fruto de ello es una nueva luz de esperanza donde en particular “las mujeres ya no tenemos que dejar la dignidad en los surcos… hoy tenemos una voz para acabar con los abusos”.
Reyes afirmó: habíamos escuchado por ahí que todos los humanos son creados como iguales y ahora por primera vez tenemos un lugar en la mesa, y añadió que la lucha tiene el objetivo en Estados Unidos de crear un sistema alimenticio que respete los derechos humanos.
Los otros condecorados hoy en la ceremonia fueron el economista premio Nobel Paul Krugman, quien calificó al trabajo de CIW de heroico, el poeta y granjero ambientalista Wendell Berry, Ameena Matthews por su trabajo contra la violencia en las calles de Chicago, y la hermana Simone Campbell por promover la justicia social en el debate sobre la reforma de salud.
Pero, como acostumbra, la presencia de la CIW –organización creada por jornaleros inmigrantes en los grandes campos de jitomate del sur de Florida– en Nueva York no fue solamente para recibir una medalla, sino para continuar su incesante Campaña para el Alimento Justo que se realiza a escala nacional.
El objetivo ahora es la cadena de comida rápida Wendy’s, la última de las cadenas nacionales más grandes que no ha firmado un acuerdo con la organización por la cual acepta pagar un centavo más por libra de jitomates que se traduce en un incremento sustancial de los salarios de los jornaleros, y también reconocer normas básicas para las condiciones laborales en los campos de Florida.
Esto no es trabajo. Es la oportunidad de uno de ofrecer a los demás, comentó Rodríguez, originaria de Tamaulipas, en entrevista frente a una acción de protesta de la CIW el día anterior a la ceremonia contra una de las franquicias de Wendy’s sobre la calle 14 en Manhattan. Agregó: “yo antes casi no hablaba, era muy tímida, pero las mujeres podemos hacer algo aunque no hayamos ido a la escuela… lo más importante es aprender a ser útil a los demás, eso da alegría”.
Habla, y fuerte, a aliados de la CIW que realizaron la marcha el martes, entre ellos estudiantes, religiosos, abogados, representantes de organizaciones comunitarias, integrantes de una agrupación de granjeros afroestadunidenses y otros, parte clave de la exitosa estrategia de establecer alianzas con otros sectores ante lo cual las empresas tan poderosas como McDonald’s, Taco Bell, Burger King y Subway han cedido a firmar acuerdos nacionales. Todas las luchas aquí están conectadas, todos estamos en la misma lucha, declara Rodríguez ante aplausos.
Entre los manifestantes también se encuentran representantes de movimientos de campesinos en Haití, Mali, el País Vasco y Brasil que fueron premiados por su trabajo por la organización de defensa de la soberanía alimentaria WhyHunger, premio que recibió CIW justo hace un año, entre tantos más en Estados Unidos y Europa.
Los de la CIW recitan los resultados concretos de sus inéditos triunfos que han cambiado las condiciones laborales y elevado salarios a lo largo de los últimos 20 años. Pero todos subrayan que lo más importante de su lucha ha sido lograr el respeto y la dignidad.
Cruz Salucio Gutiérrez, otro integrante de la CIW, guatemalteco, comenta que “nos llena de alegría ver los cambios… el trato en los campos ahora es diferente y podemos hablar, tenemos voz”. Indicó que una gran mayoría de los granjeros de jitomate ya es parte del acuerdo regional con la CIW, pero falta mucho todavía. Por ello, continúan las campañas como la de Wendy’s así como contra cadenas de supermercados –donde ya han ganado contra algunas como Whole Foods y Trader Joe– para continuar transformando las condiciones de vida en los campos de Florida.
Santiago Pérez, otro guatemalteco, agregó que por los esfuerzos de CIW, nos hemos ganado el puesto y el respeto también, o sea, mayor seguridad de empleo pero también un trato diferente.
Rodríguez, en la entrevista, asegura esta es la mejor escuela: aprender a defender los derechos y apoyar a otros.
Para mayor información sobre CIW. Mayor información sobre el Instituto Roosevelt.
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2013/10/17/mundo/027n1mun
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