El presidente francés, François Hollande, tiene
su imagen en caída libre, y en el gabinete una de sus peores jaquecas: el
mediático ministro del interior, Manuel Valls, al que se lo compara con el
conservador Nicolás Sarkozy por su duro discurso ante los gitanos.
Valls es el político
más popular de Francia, mientras que -tras un año y medio en el poder, cinco
recortes presupuestarios y otras tantas subidas de impuestos- la imagen
positiva de Hollande se erosionó un 24%, según anunció esta semana el instituto
Ipsos.
En momentos en que las críticas llegan hasta de su propio partido, el segundo presidente socialista en la historia de Francia ve cómo Valls comienza a debilitar aun más esa imagen, al tiempo que con su accionar divide al Partido Socialista (PS).
En la encuesta, el ministro del interior, de 51 años, se afirma como el político más popular de Francia (62%), siendo al mismo tiempo el preferido entre los electores socialistas y los conservadores.
Valls, nacido en Barcelona, encara el ala más conservadora dentro del PS y solo es superado por Sarkozy, con el 85% de imagen positiva.
Sin embargo, el ex mandatario conservador se encuentra retirado de la política y afrontando diversas causas judiciales, a pesar de que su entorno alimenta los rumores de un regreso para las elecciones de 2017.
En momentos en que las críticas llegan hasta de su propio partido, el segundo presidente socialista en la historia de Francia ve cómo Valls comienza a debilitar aun más esa imagen, al tiempo que con su accionar divide al Partido Socialista (PS).
En la encuesta, el ministro del interior, de 51 años, se afirma como el político más popular de Francia (62%), siendo al mismo tiempo el preferido entre los electores socialistas y los conservadores.
Valls, nacido en Barcelona, encara el ala más conservadora dentro del PS y solo es superado por Sarkozy, con el 85% de imagen positiva.
Sin embargo, el ex mandatario conservador se encuentra retirado de la política y afrontando diversas causas judiciales, a pesar de que su entorno alimenta los rumores de un regreso para las elecciones de 2017.
"El estilo ambicioso, mediático e hiperactivo del autodenominado
´Primer policía de Francia´ (Valls), recuerda al del ex presidente Nicolas
Sarkozy"
semanario Le Point
semanario Le Point
Esta semana, el semanario Le Point trazó un paralelo entre los
comienzos de ambos políticos como ministros del interior, cartera que Sarkozy
utilizó como su trampolín político.
Para Le Point, el ascenso fulgurante y "el estilo ambicioso, mediático e hiperactivo del autodenominado "Primer policía de Francia" (Valls), recuerda al del ex presidente Nicolas Sarkozy".
"¿Valls un Sarkozy bis?" se preguntó hoy Le Point en su sitio web, recordando la polémica expulsión de Leonarda, kosovar nativa y de 15 años, que la semana pasada fue retirada por policías de una actividad escolar para enviarla junto a su familia a Kosovo, aunque estaba a punto de obtener la naturalización francesa.
La expulsión de la adolescente desencadenó un vivo debate en la clase política y partidos de izquierda la criticaron fuertemente, reclamando la renuncia del ministro por "su política inhumana", así como hubo ONGs que exigieron al gobierno una investigación.
El primer ministro, Jean-Marc Ayrault, accedió al pedido.
Durante su gestión, Valls no logró detener el crecimiento de la violencia en la isla de Córcega y Marsella, donde los ajustes de cuentas relacionados al narcotráfico se suceden, pero multiplicó los desalojos de asentamientos gitanos, a los que va escoltado por decenas de policías en shows mediáticos donde acompaña a las excavadoras.
Hace dos semanas, puso en duda la capacidad de adaptación de los inmigrantes gitanos -provenientes en su mayoría de Rumania y Bulgaria, países que integran la Union Europea- a la cultura francesa.
Un día después, Amnistía Internacional (AI) denunció en un informe que en su primer año de gestión, Valls superó ampliamente en cifras de desalojos al ex presidente Sarkozy.
Pero el accionar de Valls y su discurso "excesivo", generó críticas en el seno del gobierno, en primer lugar.
La ministra de vivienda, la ecologista Cécile Duflot, el ministro de industria Arnaud Montebourg y el ministro de economía social, Benoît Hamon, reclamaron que Hollande "corrija" al encargado de la seguridad interior francesa.
"El narcisismo no conjuga con el socialismo", le endilgó a Valls en la radio France Info el el ministro Hamon, quien ademas dirige al PS, y lo llamó a "respetar los valores de la izquierda". No obstante, el 77% de los franceses apoyaron al ministro, según una encuesta del instituto BVA publicada por el diario Le Figaro.
En todo caso, Valls, quien nunca develó ambiciones presidenciales pero no desdeñó el cargo de Premier, parece aprovechar el repentino debilitamiento del presidente Hollande a seis meses de las elecciones municipales, donde el tema de la seguridad promete monopolizar la campaña.
Omnipresente en los medios de comunicación, el ex diputado y alcalde, Valls (responsable de la comunicación de Hollande durante la campaña) no duda en utilizar calculadamente a su segunda esposa, la violinista Anne Gravoin, con quien aparece a menudo en la prensa del corazón.
Para Le Point, el ascenso fulgurante y "el estilo ambicioso, mediático e hiperactivo del autodenominado "Primer policía de Francia" (Valls), recuerda al del ex presidente Nicolas Sarkozy".
"¿Valls un Sarkozy bis?" se preguntó hoy Le Point en su sitio web, recordando la polémica expulsión de Leonarda, kosovar nativa y de 15 años, que la semana pasada fue retirada por policías de una actividad escolar para enviarla junto a su familia a Kosovo, aunque estaba a punto de obtener la naturalización francesa.
La expulsión de la adolescente desencadenó un vivo debate en la clase política y partidos de izquierda la criticaron fuertemente, reclamando la renuncia del ministro por "su política inhumana", así como hubo ONGs que exigieron al gobierno una investigación.
El primer ministro, Jean-Marc Ayrault, accedió al pedido.
Durante su gestión, Valls no logró detener el crecimiento de la violencia en la isla de Córcega y Marsella, donde los ajustes de cuentas relacionados al narcotráfico se suceden, pero multiplicó los desalojos de asentamientos gitanos, a los que va escoltado por decenas de policías en shows mediáticos donde acompaña a las excavadoras.
Hace dos semanas, puso en duda la capacidad de adaptación de los inmigrantes gitanos -provenientes en su mayoría de Rumania y Bulgaria, países que integran la Union Europea- a la cultura francesa.
Un día después, Amnistía Internacional (AI) denunció en un informe que en su primer año de gestión, Valls superó ampliamente en cifras de desalojos al ex presidente Sarkozy.
Pero el accionar de Valls y su discurso "excesivo", generó críticas en el seno del gobierno, en primer lugar.
La ministra de vivienda, la ecologista Cécile Duflot, el ministro de industria Arnaud Montebourg y el ministro de economía social, Benoît Hamon, reclamaron que Hollande "corrija" al encargado de la seguridad interior francesa.
"El narcisismo no conjuga con el socialismo", le endilgó a Valls en la radio France Info el el ministro Hamon, quien ademas dirige al PS, y lo llamó a "respetar los valores de la izquierda". No obstante, el 77% de los franceses apoyaron al ministro, según una encuesta del instituto BVA publicada por el diario Le Figaro.
En todo caso, Valls, quien nunca develó ambiciones presidenciales pero no desdeñó el cargo de Premier, parece aprovechar el repentino debilitamiento del presidente Hollande a seis meses de las elecciones municipales, donde el tema de la seguridad promete monopolizar la campaña.
Omnipresente en los medios de comunicación, el ex diputado y alcalde, Valls (responsable de la comunicación de Hollande durante la campaña) no duda en utilizar calculadamente a su segunda esposa, la violinista Anne Gravoin, con quien aparece a menudo en la prensa del corazón.
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